sábado, 23 de julio de 2011

Bundt cake de limón y semillas de amapola

Hace poco me compré un molde bundt cake en Enjuliana y por fin he podido estrenarlo con este bizcocho de limón y semillas de amapola. Para los que no lo conozca, bundt cake es un tipo de bizcocho caracterizado por tener un agujero en el centro y curvas en el exterior, que en principio se pensaron para facilitar la división en porciones.
La receta de este bizcocho es del libro "The Hummingbird Bakery Cookbook". Si todavía no lo tenéis, os lo recomiendo. La receta del libro es para un molde de 24 cm., pero como yo utilicé un molde bundt cake pequeño de 18 cm. (de la marca Nordicware), adapté las cantidades a este nuevo volumen. Éste fue el resultado:

Para el bizcocho
 
- 65 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 185 gr. de azúcar
- La ralladura de 1 limón y medio
- 15 gr. de semillas de amapola
- 125 gr. de leche
- 175 gr. de harina de trigo
- 2 cucharaditas de levadura en polvo
- 1/2 cucharadita de sal
- 3 claras de huevo

Para el almíbar o sirope de limón

- La corteza y el zumo de un limón
- 50 gr. de azúcar

Para el glaseado de limón

- El zumo de un limón
- 250 gr. de azúcar glas tamizado

Precalentamos el horno a 170º. Mezclamos el azúcar, la mantequilla, la ralladura de limón y las semillas de amapola. Añadimos la leche despacio y la incorporamos bien a la mezcla anterior. En otro recipiente mezclamos la harina, la levadura y la sal. Después añadimos esta mezcla en tres veces a la que teníamos preparada primero y la batimos hasta que quede ligera y cremosa.

En otro bol batimos las claras de huevo hasta que formen picos estables y las añadimos a la mezcla anterior con movimientos envolventes. Vertemos el contenido dentro del molde previamente engrasado y enharinado (yo utilizo un spray antiadherente), cubriéndolo con cuidado para que no se formen burburjas de aire, y con la ayuda de una espátula alisamos la superficie.

Horneamos durante 30 ó 40 minutos, hasta que el bizcocho esté dorado y al pincharlo con un cuchillo salga limpio.



Mientras se hornea el bizcocho, preparamos el almíbar o sirope de limón. Ponemos un cazo en el fuego a baja temperatura con 100 ml. de agua, el azúcar, el zumo y la corteza del limón, hasta que empiece a hervir. Después subimos el fuego y dejamos que hierva hasta que se reduzca a la mitad o hasta que tenga consistencia de sirope.

Cuando saquemos el bizococho del horno, le ponemos por encima el sirope de limón y lo dejamos enfriar un poco hasta que el sirope se absorba antes de darle la vuelta.

Luego le damos la vuelta al bizcocho, desmoldamos y lo dejamos enfriar del todo sobre una rejilla mientras preparamos el glaseado de limón.

Mezclamos el zumo de limón y el azúcar glas en un bol hasta que quede suave. Si notamos la mezcla muy seca añadiremos un poco de agua y si está poco consistente, añadimos más azúcar.
Cuando el bizcocho esté frío, lo cubrimos con el glaseado de limón y decoramos con semillas de amapola.

Me ha encantado este bizcocho y ya se ha convertido en una de mis recetas favoritas. El intenso sabor del limón y la textura crujiente de las semillas de amapola, consiguen un bizcocho delicioso y, como dicen en el libro, "perfecto para acompañar al té de la tarde".

¡Que lo disfrutéis!

lunes, 11 de julio de 2011

Mis sandalias de novia

Por fin encuentro un rato para actualizar. El último mes ha sido un agobio de trabajo y casi no he tenido tiempo libre... Menos mal que ahora voy a tener más tiempo para enseñaros algunas cosas de la boda (¡¡quedan menos de dos meses!!) y para meterme en la cocina a hacer nuevas recetas.

Las sandalias para la boda las compré hace ya un par de meses y no me fue fácil dar con ellas. Tenía muy claro que no quería los típicos zapatos de novia blancos. Al principio me enamoré de unas sandalias de raso color rosa palo de Prada. Eran preciosas, pero fue imposible encontrar mi talla 35. Después de mirar en un montón de tiendas y ya casi sin esperanzas, entramos en Salvatore Ferragamo y ahí estaban mis sandalias, esperando a que las escogiera. Tampoco tenían mi talla 35, pero después de una rápida búsqueda en el ordenador me confirmaron que en Londres había unas y las podían pedir, ¡por fin! En una semana ya las tenía conmigo.


Estas sandalias son justo lo que quería. Algo sencillo, elegante y con un toque romántico, gracias al característico lazo Vara de Ferragamo. Están hechas en piel metalizada de color dorado muy suave, casi tirando a rosa. El tacón mide 12 cm., pero son bastante cómodas (espero poder decir los mismo después de llevarlas puestas unas cuantas horas...).



















Bueno, ya van quedando menos cosas para la boda. Lo próximo que tengo es la prueba del vestido en Barcelona la última semana de julio. Estoy deseando volver a probarme mi vestido, porque desde que lo elegí en noviembre no lo he vuelto a ver (al menos en persona). ¡Qué ganas!