domingo, 29 de diciembre de 2013

Despidiendo 2013

Hoy es el último domingo del año, por lo que he querido echar la vista atrás y hacer un repaso de todo lo que hemos ido viendo en el blog a lo largo de este 2013 (que, por cierto, ha tenido más recetas dulces que ningún otro año).

Este año hemos tenido, como siempre, muchas tartas, galletas, helados, bombones y otros dulces, pero la receta más especial de todas fue la tarta de frambuesa y mascarpone decorada con rosas, que preparé para la boda de mi hermana y que podéis ver en primer lugar.


Y como ya sabéis que me encantan los desayunos, he dejado aparte la selección de los que he publicado este año en el blog. Me encanta prepararlos y, por supuesto, el momento de disfrutarlos en compañía; aunque no solamente en casa, también me gusta desayunar fuera. Soy de las que prefieren mil veces que la lleven a desayunar por ahí que a cenar. Y unos de los desayunos más divertidos que hemos hecho este año fue el picnic que tomamos en el parque que hay junto a nuestra casa.


Además de dulces y desayunos, el blog ha traído este año un montón de ideas DIY, manualidades para regalar a vuestros seres queridos, para decorar vuestra casa o para organizar en compañía de amigos, como fue el caso de la noche de cócteles que preparamos hace unos meses y que puede ser una buena idea para celebrar en casa esta Nochevieja.


Este año también hemos visitado sitios preciosos. El viaje más bonito de este año fue el que realizamos en verano a Alsacia, un lugar que parece de cuento, rodeado de viñedos y canales, y cuyo símbolo, la cigüeña, nos trajo la noticia más bonita posible.

Las dos fotos de arriba son del viaje a Alsacia y las dos fotos de abajo son de la escapada que hicimos el mes pasado a Madrid y Alcalá de Henares.

Como os decía antes, la noticia más bonita del año y posiblemente de nuestra vida ha sido la de mi embarazo que, si todo va bien, nos traerá a casa una pequeñuela el próximo mes de mayo.

Por todo esto, y a pesar de que 2013 también ha traído algunos momentos muy tristes, nosotros lo recordaremos con mucho cariño y el martes lo despediremos como se merece. Aunque, por supuesto, lo haremos sin alcohol y con menos postres de lo habitual. Esto último, porque el Chico Pecoso dice que si sigo comiendo tantos dulces, la niña nos va a salir garrapiñada.

Espero que vosotros no os cortéis con los dulces y paséis un fin de año fantástico, así como un Feliz Año Nuevo, para el que os deseo sobre todo mucha salud y cariño de todos los que os rodean. 

Y aprovecho este post de final de año para agradeceros todos los mensajes de cariño que recibo cada semana de vosotros, tanto en los comentarios como en los correos que me enviáis. Gracias por estar ahí cada domingo y por molestaros en escribirme. Me hace muchísima ilusión leeros y sois lo que me hace querer seguir publicando cada semana con más ganas. Mil gracias a todos. 

¡Nos vemos en 2014!

domingo, 22 de diciembre de 2013

Decorando nuestra mesa para Navidad

El martes ya es Nochebuena y seguro que muchos de vosotros ya habéis pensado cómo decoraréis la mesa para la cena de ese día o para la comida de Navidad. Nosotros hemos hecho un ensayo de cómo vamos a decorar nuestra mesa el día de Navidad para comprobar que no se nos olvida nada. Queríamos una mesa elegante pero sencilla, así que elegimos el color blanco como principal, con algunos elementos dorados (por un año nos hemos olvidado del rojo), y sobre todo, con detalles de aire rústico que le dieran a nuestra mesa un estilo algo distinto a las clásicas mesas de Navidad.

Algunos de los detalles dorados los pintamos nosotros mismos con un spray de este color (lo podéis encontrar en las clásicas tiendas de "todo a cien"), y fueron unos portavelas de cristal de Ikea y unas piñas que recogimos en el monte (aunque también las podéis comprar en tiendas de decoración, como Casa Viva).

Utilizamos las piñas doradas a modo de marcasitios, que colocamos en los platos con un banderín atado con el nombre de cada comensal.

Para hacer los banderines simplemente imprimimos los nombres de los comensales en una cartulina de color crudo y luego los recortamos con esta forma.

Hicimos un agujero en el extremo de cada banderín y los atamos a las piñas con un poco de cordón rústico.


En lugar de bajoplatos utilizamos unos manteles individuales de Ikea hechos de fibra vegetal.

También preparamos un centro de mesa navideño con una vela grande y algunas bolas doradas que compramos en Habitat.

Para dar algo de frescura a la mesa, en lugar de los clásicos centros de flores rojas que solíamos hacer otros años, pusimos un par de botellas de cristal con unos ramilletes de aspecto silvestre, compuestos por paniculata y margaritas mini, que además aguantan muy bien varios días.

Y, por último, colocamos por la mesa varios de los portavelas pintados de dorado con velitas doradas dentro, que compramos en Casa.

Como veis, con sólo un par de detalles, podéis personalizar vuestra mesa de Navidad para darle un estilo menos convencional, aunque igualmente elegante.


También podéis imprimir el menú en el mismo estilo de cartulina que los banderines y ponerlo junto a la copas (nosotros lo estamos terminando todavía).

Espero que estas ideas os hayan inspirado un poco si todavía estáis indecisos con la decoración de vuestra mesa. Es una decoración muy sencilla y rápida de hacer, porque el spray dorado se seca enseguida.

Y me despido deseando que paséis una agradable Nochebuena rodeados de vuestros seres queridos y una muy Feliz Navidad.

P.D.: Por cierto, el otro día finalmente nos confirmaron que el bebé ¡es una niña!

¡Felices fiestas a todos!

sábado, 14 de diciembre de 2013

Copas Mont Blanc con marron glacé

Esta semana he adelantado el post al sábado para poder presentaros la receta con la que tengo el honor de colaborar en el Calendario de Adviento Gastronómico que Whole Kitchen organiza cada año por Navidad. Os podéis imaginar mi emoción al recibir el correo de Silvia (Trotamundos), a la que sigo desde hace mucho tiempo y admiro profundamente por su maravilloso blog Food and Cook, preguntándome sí quería participar este año. Por supuesto, no lo dudé ni un momento y enseguida me puse a pensar en la receta, que finalmente fueron estas deliciosas copas Mont Blanc con marron glacé.

Estas copas son una variación del clásico postre Mont Blanc, compuesto por crema de castañas y nata montada, muy típico en Francia e Italia, sobre todo en estas fechas, y que hace referencia al famoso monte nevado del que lleva su nombre. Yo le he añadido merengues secos para darle un toque crujiente y marrons glacé, uno de mis dulces favoritos y que no puede faltar en mi casa por Navidad.

Es un postre muy sencillo de preparar, incluso si no sabemos cocinar, porque todos los ingredientes se pueden comprar ya hechos: la crema de castañas, el sirope de caramelo, los merengues secos o la nata montada, y simplemente tendremos que montar nuestras copas. Pero, si queréis preparar los ingredientes vosotros mismos, podéis hacerlo fácilmente siguiendo las indicaciones que explico a continuación.

Ingredientes para 4 copas:

- 8 marrons glacé
- 250 gr. de crema de castañas
- 300 gr. nata montada
- 12 merengues secos pequeños
- Salsa o sirope de caramelo

Crema de castañas

- 400 gr. de castañas en almíbar de buena calidad (240 gr. escurridas)
- Una cucharada de mantequilla
- 1/4 de cucharadita de canela (opcional)

Escurrimos las castañas y reservamos el almíbar. Rehogamos las castañas a fuego bajo con la mantequilla, la canela y una cucharada de almíbar durante 5 minutos. Pasado este tiempo, trituramos las castañas y vamos añadiendo cucharadas de almíbar (5 ó 6 cucharadas) hasta lograr una consistencia cremosa y suave. Reservamos la crema en la nevera hasta la hora de montar las copas.

Salsa de caramelo

- El almíbar sobrante de las castañas
- 2 cucharadas de mantequilla
- 1 cucharada de nata

Calentamos en un cazo a fuego medio el almíbar sobrante de las castañas y derretimos en él la mantequilla. Lo llevamos a ebullición y dejamos hervir durante 5 minutos. A continuación, apartamos el cazo del fuego, añadimos la nata y removemos bien. Lo dejamos enfriar a temperatura ambiente y luego lo refrigeramos hasta el momento de servir.

Nata montada

- 300 gr. de nata para montar
- 3 ó 4 cucharadas de azúcar (según el gusto de cada uno)

Montamos la nata fría con el azúcar y la reservamos en la nevera hasta el momento de servir.

Merengue seco

- 2 claras de huevo a temperatura ambiente
- 85 gr. de azúcar glas
- 1/2 cucharadita de zumo de limón
- Una pizca de sal
- 1/4 de cucharadita de extracto de vainilla (opcional)

Precalentamos el horno a 100º. Batimos las claras con una pizca de sal hasta que empiecen a formarse burbujas de aire y las claras doblen su tamaño. Incorporamos el zumo de limón y continuamos batiendo hasta que se formen picos firmes. Añadimos el extracto de vainilla y batimos un poco más hasta mezclarlo.

Colocamos el merengue en una manga pastelera con una boquilla de estrella y formamos pequeños merenguitos sobre la bandeja de horno.

Los metemos en el horno a 100º durante una hora para que se sequen. Una vez pasado este tiempo, abrimos un poco la puerta del horno y los dejamos secar con la puerta abierta durante otra hora más (con el horno encendido).

Montaje de las copas

Podemos colocar los ingredientes en la cantidad y el orden que más nos guste, pero yo los ordeno de la siguiente manera:

Primero colocamos un par de merengues troceados en la base de cada copa.

Los cubrimos con un poco de nata montada y ponemos encima un par de cucharadas de crema de castañas (podemos servirla con una manga pastelera, si lo preferimos) y otro merengue troceado.

Adornamos con una pequeña montaña de nata, que dibujaremos con una manga pastelera de boquilla estrellada y añadimos  dos marrons glacé troceados.

Por último, decoramos la copa con un poco de sirope o salsa de caramelo y servimos inmediatamente para que los merengues no se reblandezcan.

Una receta muy sencilla para servir de postre a nuestros invitados en cualquiera de las próximas comidas o cenas navideñas. ¡Espero que os guste!

Y no quiero despedirme hoy sin agradeceros antes todos los mensajes cariñosos que nos habéis dejado estos días al Chico Pecoso y a mí por nuestra futura paternidad. Mil gracias, de verdad, sois increíbles y nos ha hecho muchísima ilusión leeros.

¡Feliz fin de semana!

domingo, 8 de diciembre de 2013

Un look campestre para una noticia especial

Hacía tiempo que no publicaba un look en el blog y algunas me habéis preguntado si iba a volver a hacerlo. La verdad es que éste en concreto hacía algunas semanas que quería enseñároslo, pero entre viajes de trabajo y demás, no he tenido apenas tiempo libre para ir a hacerme las fotos.

Este look que os enseño hoy es muy especial para mí, pero no por la ropa que llevo, sino por lo que muestra.

Y es que, como podéis observar por la redondez de mi barriga, dentro de unos meses, habrá una personita más viviendo en la Casa de Caramelo. Igual algunos ya os lo imaginasteis cuando, hace unos meses, no pude actualizar el blog porque estaba vomitando sin parar.

Desde que nos enteramos al volver de nuestro viaje de Alsacia (lo de que su símbolo fuera la cigüeña tenía que ser una señal...), el Chico Pecoso y yo estamos ilusionadísimos, pero parece que aún no nos lo creemos del todo. 

Es difícil imaginarnos como padres dentro de unos pocos meses. A veces, cuando estamos en el sofá hablando de si el Chico Pecoso me habrá contagiado o no su resfriado, nos veo aún como esos dos niños que iban sentados juntos en el autobús del cole de vuelta a casa, hablando de si me habría contagiado o no su varicela (ya de pequeña era un poco hipocondríaca).

Han pasado muchos años desde entonces y, aunque nosotros no hayamos cambiado demasiado, sí que han habido muchos cambios en nuestras vidas que hemos podido compartir; como nuestro primer hogar juntos, nuestra boda, nuestro pequeño Totoro (el perro más bueno y cariñoso del mundo) y, el próximo mes de mayo, nuestro primer hijo.

Me quedan cinco meses para la fecha estimada de parto (salgo de cuentas el 4 de mayo) y mi amiga Bego (que es ginecóloga), ya nos dijo hace un par de semanas cuál era el sexo del bebé con un 99% de fiabilidad, según ella.


Parece que será... ¡¡¡UNA NIÑA!!! Todavía estamos esperando a la confirmación de la eco de la semana 20 (dentro de dos semanas) para elegir el nombre, pero ya vamos acortando la lista.

Casi se me olvida hablaros del look. El vestido es de ese O ese, la chaqueta es de Bershka y las botas son de Stradivarius del año pasado. Ahora que tengo bastante barriga, este tipo de vestidos sueltos me resultan muy cómodos para los días otoñales en que todavía no hace demasiado frío. Además, la chaqueta es gruesa y muy calentita (me recuerda a las chaquetas antiguas de lana que tenía mi madre) y completa perfectamente este sencillo look premamá de aire campestre.

El Chico Pecoso y yo estamos emocionados por compartir por fin con vosotros esta noticia que lleva cuatro meses haciéndonos muy felices. Os mantendré informados los próximos meses (aquí en el blog y más a menudo en Instagram) de las novedades del embarazo y las cosas que vayamos preparando para la llegada del bebé. 

¡Feliz domingo!


domingo, 1 de diciembre de 2013

Tartaletas de chocolate y caramelo salado

La receta que os traigo hoy está compuesta por dos de mis ingredientes preferidos: chocolate y caramelo salado, y son unas tartaletas que llevaba tiempo queriendo hacer. El contraste del chocolate negro con el caramelo ligeramente salado y la base dulce de la tartaleta hacen una combinación absolutamente deliciosa.

Para la base de las tartaletas he utilizado la receta de pâte sucrée del libro Miette, que ya os enseñé en las tartaletas de frambuesa. Todos los ingredientes dan para aproximadamente 12 tartaletas o una tarta grande.

Pâte sucrée (pasta dulce)

1/4 taza de nata para montar
2 yemas
2 tazas y 2/3 de harina de trigo
1/4 taza de azúcar
Una pizca de sal
224 gramos de mantequilla sin sal

En un bol pequeño, batimos la nata con las yemas y reservamos. En un bol grande mezclamos la harina, el azúcar, la sal y la mantequilla en dados. Con los dedos, incorporamos la mantequilla hasta que quede una masa como de migas gruesas. Poco a poco añadimos la mezcla de nata y yemas, y lo mezclamos sólo hasta que los ingredientes estén combinados. Hay que tener cuidado con no sobretrabajar la masa. Cogemos la masa con las manos para incorporarla del todo y la dividimos por la mitad, formando dos discos. Los envolvemos en papel film y los refrigeramos. 

Con un rodillo, amasamos uno de los discos de la pasta dulce sobre una superficie enharinada, hasta que tenga un grosor de medio centímetro aproximadamente. Con una brocha de pastelería, retiramos el exceso de harina. Cortamos un trozo de masa que cubra una de nuestras tartaletas (previamente untadas con mantequilla y espolvoreadas con harina). Retiramos el exceso de masa apretando el contorno del molde y continuamos cubriendo el resto de tartaletas. 

Después las guardamos en la nevera unos 30 minutos, hasta que estén firmes. Precalentamos el horno a 190 grados y horneamos las tartaletas hasta que estén doradas, unos 20 minutos. Dejamos enfriar las tartaletas completamente sobre una rejilla. Una vez frías, ya las podemos desmoldar sin peligro de que se rompan.



Caramelo salado

- 150 gr. de azúcar moreno
-150 gr. de mantequilla
- 250 gr. de nada líquida
- 2 cucharaditas de sal marina (si preferís un caramelo normal, tipo toffee, podéis prescindir de la sal en esta receta)

Derretimos la mantequilla a fuego bajo y a continuación añadimos el azúcar, la sal y la nata. Removemos hasta que se incorporen bien todos los ingredientes y dejamos hervir durante 10 minutos. Pasado este tiempo, lo retiramos del fuego, dejamos que se enfríe y luego lo refrigeramos en la nevera toda la noche para que adquiera una consistencia un poco más espesa.


Rellenamos las tartaletas con el caramelo y las metemos en el congelador unas dos horas para que se endurezca el caramelo, antes de cubrirlas con el chocolate.



Ganache de chocolate

- 120 ml. de nata para montar
- 115 gr. de chocolate negro (yo usé Valor Postres al 70%)
- Sal Maldon para decorar

Ponemos la nata en un cazo a fuego medio y la llevamos a ebullición. A continuación, la retiramos del fuego y echamos el chocolate troceado. Lo dejamos un minuto para que se deshaga y removemos con una espátula hasta que quede una cobertura suave y sin grumos. Extendemos el chocolate sobre las tartaletas y lo dejamos enfriar en la nevera unas cuatro horas.

Pasado este tiempo, ya podemos servir las tartaletas decoradas con un poco de sal Maldon.

Al cortar o morder las tartaletas, el caramelo caerá entre el chocolate y la galleta de la base por su consistencia más líquida. Os animo a que las probéis, porque la combinación de sabores es deliciosa.

¡Feliz domingo!