El afán por tener razón o, mejor, por que nos den la razón en una disputa, es un fenómeno que, como espectadores o como participantes, vivimos a diario. El filósofo alemán Arthur Schopenhauer escribió un breve tratado con 38 estratagemas que forman el libro "El arte de tener razón".
Yo me topé con este libro una tarde en El Corte Inglés y decidí comprármelo para ver si me enseñaba algunas tretas que poder utilizar en mis numerosas discusiones con el Chico Pecoso. En vez de eso me encontré con la sorpresa de que él ya utilizaba muchas de esas estratagemas de forma natural en nuestras discusiones.
Esta serie de estratagemas que describe Schopenhauer son de dudosa honradez y él mismo se arrepintió de haberlas expuesto; ya que la dialéctica erística es el arte de discutir, pero discutir de tal modo que uno siempre tenga razón, sin tener en cuenta la verdad. Todo esto usando manipulaciones y ardides no demasiado limpios con el fin de ganar la discusión y satisfacer con ello el natural instinto de prepotencia humana.
Os cito algunas de las estratagemas más interesantes que aparecen en el libro:
- Ampliación: Exagerar o tomar en su sentido más amplio la afirmación del adversario. Una afirmación cuanto más general sea, más flancos ofrece a los ataques.
- Elocuencia verborrágica: Desconcertar, aturdir al adversario con un raudal de palabras sin sentido.
- Provocar la cólera del adversario, pues, en su furor, no será capaz de juzgar correctamente y percibir su propia ventaja.
- Argumentum ad hominem: Si el adversario hace una afirmación, hay que preguntarle si no está de alguna manera en contradicción con su propia conducta.
- Y, por último, una de las mas populares, argumentum ad personam: Cuando se advierte que el adversario es superior y que acabará no dándonos la razón, se adoptará un tono ofensivo, insultante, áspero. Del objeto de la contienda se pasa al contendiente y se ataca así a la persona.
Lo mejor de este libro, sin duda, (al menos para lo que a mí me sirvió), no es tanto que te enseñe cómo salir victorioso de una discusión sino cómo pillar a un adversario que emplea estas manipulaciones y desmontarle todos y cada uno de los argumentos.
Me quedo con el último parrafo jajaja y eso que no me he leido el libro :P
ResponderEliminarHola, gracias por tus comentarios...siempre anima a seguir escribiendo...saludos :)
ResponderEliminarAsí sera si lo argumentan en ese libro que has citado, pero sinceramente no me gusta usar dichas técnicas ni para pillar al adversario ni para atacarle..no me gustan las discusiones :( aunque después llegan las reconciliaciones que suelen ser maravillosas...deja tu huella...
ResponderEliminarHola, guapa! Gracias por entrar en mi blog! No se refiere a ese tipo de peleas sino a discusiones dialécticas entre dos personas con opiniones o ideas diferentes sobre un mismo tema. Un besito!
ResponderEliminarHace un par de años me tocó estudiar sobre todo esto en psicología, aunque de forma un poco más reducida, y la verdad es que es útil!. Haidé
ResponderEliminarSolo hay una cosa que nos guste más que tener razón; que nos la den. XD
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