domingo, 17 de enero de 2016

Nuestra escapada a Ginebra y Chamonix-Mont Blanc

En noviembre el Chico Pecoso, Miranda y yo hicimos una mini escapada de fin de semana a Ginebra para visitar a nuestra amiga Carmen que vive allí. Como todavía era otoño, pudimos disfrutar de buen tiempo y aprovechamos para hacer una excursión a Chamonix y ver el Mont Blanc. Lo malo es que nos olvidamos la cámara de fotos en Valencia, así que perdonadme si algunas de las fotos de este post no son muy buenas, ya que tuvimos que hacerlas todas con el móvil.

Como muchos me preguntáis en los post de viajes sobre las compañías aéreas que hemos utilizado, os comentaré que en esta ocasión volamos con Swiss Air directamente de Valencia a Ginebra, igual que a la vuelta. Llegamos el jueves por la tarde y volvimos el domingo por la mañana muy temprano, así que realmente estuvimos dos días allí. Nada más llegar, nuestra amiga Carmen nos enseñó su precioso apartamento en Carouge (a las afueras de Ginebra), donde nos alojamos todo el fin de semana. Después nos fuimos a tomar un chocolate caliente al estilo suizo (esto era un must del viaje) y a conocer un poco el ambiente de Ginebra.


El viernes por la mañana fuimos a dar una vuelta por Carouge y a desayunar en Wolfisberg, una cafetería/pastelería que tiene zona de juegos indoor para niños (a Miranda no había quien la sacara de allí). Si podéis, os recomiendo que vayáis en fin de semana y probéis su abundante brunch. Nosotros no pudimos pedirlo porque entre semana sólo disponen de desayuno normal, pero estaba todo riquísimo.

Pasamos todo el día recorriendo Ginebra (es una ciudad muy chiquitita y puede verse cómodamente en un día), conociendo sus barrios y paseando por sus preciosos parques.

El Parque de La Grange es enorme y realmente bonito, sobre todo en otoño por la diversidad de colores que tienen los árboles. Sus preciosas llanuras verdes pedían a gritos un picnic, pero no íbamos preparados. (Para la próxima).

Miranda se lo pasó genial cogiendo todas las hojas que veía por el suelo y correteando por el césped.

La zona del lago Lemán es uno de los paisajes más bonitos que tiene la ciudad. El azul del agua fundiéndose con el azul del cielo, los mástiles de los barcos llenando el puerto y el famoso Jet d'Eau (o chorro de agua) hacen de esta zona la más característica de toda Ginebra.



El Jet d'Eau o chorro de agua es la fuente de agua más alta del mundo, tiene 140 metros de altura y el agua sale a una velocidad de 200 km por hora. Además de esto, el lago tiene una preciosa fauna, formada por cisnes, gaviotas, patos y otras aves, que dan mucha vida a sus orillas.

Como me sé de memoria todas las ciudades donde hay alguna tienda o salón de té de Ladureé, tenía claro que ésta sería una parada obligada en nuestro viaje. 

Y parece que a Miranda también le gustaron bastante sus escaparates y los macarons, porque estuvo muy entretenida comiendo uno de castañas mientras nosotros disfrutábamos de un té y un chocolate caliente.

El casco antiguo de Ginebra es peatonal y muy bonito, con escaleras de piedra, ventanas de madera y multitud de flores decorando terrazas y balcones.

En nuestro recorrido por el centro, también hicimos una parada en la tienda Läderach de chocolate suizo. Tienen una enorme variedad de tabletas de chocolate con más sabores de los que os podáis imaginar (podéis ver aquí algunos de los que compré). Y mención especial merecen sus mini mousses cubiertas de chocolate... de lo mejor que he probado nunca. La web tiene tienda online y parece que hacen envíos a España, pero yo todavía no he hecho ningún pedido.

El sábado alquilamos un coche en el aeropuerto de Ginebra y nos fuimos los cuatro a Chamonix, un pueblecito de montaña francés a los pies del Mont Blanc, que es la montaña más elevada de la Unión Europea.

Aparte de la famosa cumbre, desde esta localidad se puede ver el glaciar de Bossons, que es la cascada de hielo más grande de Europa (baja desde la cima del Mont Blanc hasta el valle de Chamonix). Nosotros nos quedamos con ganas de visitarlo por dentro, pero sólo está abierto en verano. Algo parecido a lo que nos pasó con los teleféricos que suben hasta algunas de las cumbres, que justamente estaban cerrados el mes de noviembre.

En Chamonix pudimos disfrutar de una deliciosa fondue alpina, que es el plato típico de la zona, en el restaurante La Fer à Cheval. En Ginebra también hay muchos restaurantes donde probar este clásico plato de la gastronomía suiza, que se prepara principalmente a base de queso gruyère y emmental (aunque hay otras variantes).

El paisaje desde cualquier punto de Chamonix es increíble. No importa hacia donde mires, siempre te encuentras rodeado de maravillosas montañas nevadas, como si estuvieses en medio de un capítulo de Heidi.

Nos quedamos con ganas de conocer más lugares de esa zona, porque enseguida se hizo de noche y tuvimos que volver a Ginebra. Pero la próxima vez no queremos irnos sin visitar el Lac Blanc, Les Houches y otros preciosos pueblecitos de alrededor.

Hasta entonces me quedo con el recuerdo de estas maravillosas vistas. Fue una escapada muy corta pero llena de nuevas experiencias, sobre todo para Miranda, y de mucho mucho chocolate, que eso siempre es un plus. ;)

¡Feliz domingo!


5 comentarios:

  1. Me encanta, a puntito de haber sido mi viaje prenavideño del año pasado, que al final cambié, pero que tengo en el tintero, uno de mis pendientes es Chamonix, aunque me encantaría ir con nieve para poder esquiar. Una pregunta como fuisteis de Ginebra a Chamonix? en coche? o transporte público? gracias

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    1. Hola! Alquilamos el coche unos días antes (desde España) que recogimos el sábado en el aeropuerto de Ginebra para ir hasta Chamonix-Mont Blanc y volver. Así no estábamos atados por horarios de autobuses y demás. Lo alquilamos el día entero. Además, la carretera es muy cómoda, prácticamente todo autopista. Ya me contarás si vas! Un saludo.

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  2. Precioso! Un bello recuerdo para empezar el año.
    Besitos.

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  3. Hermoso lugar.
    Para tener en cuenta!
    Algunas veces los viajes cortos se disfrutan más.

    Saludos.

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