lunes, 22 de octubre de 2012

Tarta de cumpleaños con crema de violetas


Ayer celebramos en familia el cumpleaños de mi hermana (aunque fue el día 15) y yo preparé para la ocasión esta deliciosa tarta con crema de violetas (a elección suya, por supuesto), que además es más fácil de decorar de lo que pueda parecer a primera vista. 


La receta del bizcocho es de Bakerella. Y para la crema adapté mi receta de buttercream usando pasta de violeta Home Chef. Tengo tres sabores que compré hace tiempo, pero no la había probado hasta ahora y os puedo decir que da un resultado buenísimo. Estoy deseando probar los otros sabores que tengo. 

Para el bizcocho

- 1 taza de mantequilla (125 gr.) a temperatura ambiente
- 2 tazas de azúcar (400 gr.)
- 4 huevos
- 3 tazas de harina de repostería (500 gr.)
- 1 taza de leche entera (250 ml.)
- 1 cucharadita de extracto de vainilla

Precalentamos el horno a 175º y engrasamos tres moldes de unos 20 cm. (yo usé uno de 24 cm.). Batimos la mantequilla hasta que esté cremosa, añadimos el azúcar y continuamos batiendo durante 7 minutos. Añadimos los huevos de uno en uno, batiendo bien después de cada uno. Luego añadimos la harina y la leche en varias veces alternándolas, pero empezando y terminando con harina. Añadimos el extracto de vainilla y lo mezclamos.

Dividimos la mezcla en tres partes iguales y la vertemos en los moldes. Golpeamos los moldes contra el banco de cocina para eliminar las burbujas de aire de la mezcla y nivelarlos mejor. Después los horneamos durante 25 ó 30 minutos (a mí me tardaron 20 minutos porque el molde era más grande y, por tanto, los bizcochos más finos).

Dejamos enfriar los bizcochos en el molde 5 ó 10 minutos y luego los desmoldamos y envolvemos con papel film para que no pierdan humedad. Finalmente los dejamos enfriar del todo sobre una rejilla.


Para el almíbar

Mezclamos 1 taza de azúcar (200 gr.) con 2 tazas de agua (500 ml.), lo llevamos a ebullición y dejamos que hierva durante 3 minutos. Después lo dejamos enfriar del todo y lo metemos en una botellita.

Esparcimos el almíbar por el primer bizcocho (que habremos puesto sobre una base de cartón) hasta que notemos que está un poco húmedo.


Para la crema de violetas

- 250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 120 ml. de leche entera
- 2 cucharadas de pasta de violeta (yo usé Home Chef)
- 800 gr. de azúcar glas

Batimos la mantequilla hasta que esté cremosa. Agregamos la leche, la pasta de violeta y la mitad del azúcar, y batimos durante 3 minutos o hasta que la crema esté suave. Agregamos el azúcar restante y batimos 3 minutos más.

Con esta crema cubrimos abundantemente la primera capa de bizcocho. Colocamos el segundo bizcocho, añadimos el almíbar y, a continuación, añadimos otra buena capa de crema. Colocamos el tercer bizcocho, lo bañamos con el almíbar y cubrimos con una fina capa de crema tanto la parte superior como los lados de la tarta.


La alisamos con una espátula y la dejamos enfriar en la nevera al menos media hora, para que se endurezca la crema. Pasado este tiempo, comenzamos la decoración con la ayuda de una manga pastelera con boquilla redonda y una espátula (yo usé la parte de atrás de una cucharita).


Esta técnica de decoración tan chula la vi la semana pasada en el fantástico blog de Alma, Objetivo: cupcake perfecto y, aunque en principio parecía difícil, después de ver su sencilla explicación, me atreví a intentarlo. 


Simplemente hay que ir haciendo bolitas de crema con la boquilla y aplastarlas con la espátula (o cucharita, en mi caso). ¡Y queda genial!



En los laterales hacemos las bolitas en fila; y en la parte superior, las hacemos en espiral.






Como veis, un pastel de cumpleaños sencillo y delicioso con el sabor especial de las violetas. Además, no hace falta usar colorante, porque la pasta de violeta ya le da ese bonito tono malva.

¡Que lo disfrutéis!

jueves, 18 de octubre de 2012

Resultado del sorteo "Las recetas de la pastelería Hummingbird"


Tenía muchas ganas de que llegara este día para conocer por fin el nombre del ganador del fantástico libro en español "Las recetas de la pastelería Hummingbird".



Y la ganadora es...

Lía Hand Made de "El Ovillo de Lía"


¡¡¡Enhorabuena, Lía!!! Ahora me pondré en contacto contigo para que me des tu dirección y que la Editorial Acanto pueda enviarte cuanto antes el libro.

A todos los demás, os informo de que aún tenéis la oportunidad de ganar un ejemplar del libro "Las recetas de la pastelería Hummingbird", que sortea Ingrid en su delicioso blog My Lovely Food.

Si preferís comprarlo directamente, podéis hacerlo en vuestra librería más cercana o a través de algunas tiendas online como El Corte Inglés, Enjuliana o Mylovelyfood Shop.

¡Muchísimas gracias a todos por participar y enhorabuena de nuevo a la ganadora!

domingo, 14 de octubre de 2012

Las 10 mejores cosas de nuestro viaje a la campiña inglesa


Ya os he contado un par de cosas de nuestro viaje este verano a la campiña inglesa 
(Cotswolds, en inglés), pero quería resumir en este post las cosas que más nos han gustado, por si os sirven para futuros viajes. Aunque ya os adelanto que la mitad de la lista está compuesta por comida, no lo he podido evitar.


1. Los cottages

Las típicas casitas inglesas o cottages son habituales en los pueblos de la campiña, con sus muros de piedra, sus tejados de pizarra y sus jardines llenos de flores aparentemente desordenadas y salvajes.





Todas las casas tienen en la entrada una placa con su nombre, que puede ser de piedra, metal o madera.


Nuestra casa la encontramos a través de la web Manor Cottages y el servicio fue perfecto, nos dieron toda la información que necesitábamos y los dueños de la casa se pusieron en contacto con nosotros varias semanas antes del viaje.

Arriba podéis ver algunas imágenes de nuestra casa, que he sacado de la web Manor Cottages. Era como una casita de invitados sobre el garaje, junto a la piscina, al lado de la casa principal. En el piso de abajo estaban la entrada y el baño, y arriba teníamos la cama, cocina y zona de estar con televisión, libros, sofá, mesa para comer... Todo estaba limpísimo y cuidado hasta el más mínimo detalle.


2. Nuestro pueblecito: Chedworth

Nuestra casa estaba en Chedworth, un pueblecito muy tranquilo, situado justo en medio de los Cotswolds, con pastos para cabras, establos de burros blancos (nunca había visto burros de ese color), y amables habitantes que te hacen sentir como en casa.

Una de las cosas más curiosas de Chedworth es que una de sus dos cabinas de teléfono, no es un teléfono. 

En realidad es su biblioteca pública (así nos lo explicaron los dueños de la casa), la oficina de objetos perdidos y el desfibrilador más cercano. Todo en uno.




3. Los desayunos típicos de Pancake Hill

Dentro de Chedworth, nuestra casa estaba en una zona llamada casualmente Pancake Hill (la colina de las tortitas), por eso, entre las cosas de desayuno, los dueños nos dejaron unas ricas tortitas, que nos duraron un par de días.

Algún día pudimos desayunar en la terraza porque hacía muy buen tiempo (aunque no tanto como para bañarnos, porque el agua estaba helada). Y acompañamos las tortitas de jamón York, tomatitos cherry y huevos revueltos.


Los días que salían nublados, desayunábamos dentro de casa mirando el valle. Y para acompañar las tortitas y tostadas teníamos sirope de arce, miel, mermelada de naranja amarga y mermelada de arándanos. La mayoría eran productos de la granja del pueblo.


4. La Farm Shop y sus productos caseros

En lo alto de Chedworth hay una granja con una tienda bastante grande y una cafetería/restaurante que abre todos los días.

Aquí comprábamos la comida que luego preparábamos en casa, para no tener que comer y cenar fuera todos los días. Esto nos vino muy bien porque, contrariamente a lo que nos imaginábamos, comer o cenar en un pub es muy caro. Una cena con un entrante, dos hamburguesas, dos cervezas y un postre podía costar, dependiendo del sitio, entre 40 y 60 libras.



Lo mejor de la Farm Shop es su sección de conservas caseras, tanto dulces como saladas: mostazas, salsas, aliños, mermeladas, lemon curd... No hace falta que os diga que nos llevamos unos cuantos tarros de vuelta a España con nosotros. También compramos aquí toffes, fudges (caramelos blandos) y shortbread cookies (galletas escocesas de mantequilla).



Una de las especialidades de la campiña inglesa es el helado casero de leche. Nosotros lo tomábamos acompañado de compota de albaricoque, como nos recomendaron allí. ¡Riquísimo!


5. Los pueblos de alrededor 

Visitamos varios de los pueblos más famosos de los Cotswolds, pero los que más nos gustaron fueron Bibury, Bourton-on-the-Water y Stow-on-the-Wold.


Bibury dicen que es probablemente el pueblo más bonito de toda la campiña. Es muy pequeño pero sus casas y alrededores, repletos de vegetación, tienen muchísimo encanto. Algunos de sus cottages se construyeron en 1380.

Bourton-on-the-Water es un sitio bastante turístico, conocido como la Venecia de los Cotswolds. Esto se debe a un río que atraviesa todo el pueblo y que, al tener poca profundidad y corriente, la gente utiliza para bañarse o pasear por dentro de él. A lo largo del río hay varios puentes y, curiosamente, cada uno ha sido construido en un siglo distinto.

Stow-on-the-Wold es uno de los pueblos más visitados de la zona. Es famoso por sus mercados, que se siguen colocando desde hace siglos en la plaza principal del pueblo. Tiene un montón de tiendas de todo tipo, restaurantes y pensiones. Nosotros lo visitamos principalmente para comer en The King Arms, un restaurante y hotel de 1647, considerado el mejor entre Londres y Worcester.


6. Cowley Manor y el picnic

No quiero a repetirme, porque ya os hablé aquí del fantástico picnic que disfrutamos en Cowley Manor con las preciosas vistas de sus bosques y jardines (es fácil imaginar a Lewis Carroll escribiendo allí "Alicia en el país de las maravillas"). Podéis entrar en el post para ver todas las fotos del sitio y la comida que nos sirvieron. Sin duda, una de las cosas más bonitas que hicimos en este viaje.



7. El té con scones

Esta es otra de las cosas del viaje que ya os había comentado aquí. Para mí uno de los mayores placeres de viajar a Inglaterra es poder disfrutar de una taza de té con scones y clotted cream. ¡Se me hace la boca agua sólo de pensarlo!



8. Los pubs

Otra cosa típicamente inglesa que me encanta son los pubs, con su gran variedad de cervezas, su sabrosa comida y su ambiente acogedor.

La imagen de arriba es de uno de los pubs de Chedworth, "Seven Tuns", construido en 1610. Para llegar hasta ahí teníamos que recorrer dos kilómetros entre campos por caminos peatonales a veces llenos de barro (las botas eran imprescindibles).



Pero el mayor desafío era la vuelta, cuando ya se había hecho completamente de noche y no teníamos más luz que la luna y una pequeña linterna/llavero (gracias a la dueña de la casa, que pensó en estas cosas).


En los pubs había muchos tipos de cerveza: rubia, negra, tostada, de alta o baja fermentación..., y cartas con poca variedad de platos pero muy buenos.


9. Los postres ingleses

Los pubs tenían en sus cartas algunos postres clásicos ingleses, como el Eton mess (fresas con nata y merengue crujiente) o los que pongo a continuación, que nos encantaron.

Appel crumble (manzana al horno con migas crujientes). La verdad es que la manzana allí es muy ácida, pero igualmente estaba buenísimo.

Este postre quiero hacerlo en casa. Son melocotones al horno con miel y clotted cream. Más sencillo y rico, imposible.


10. Los paisajes

Y, por último, los preciosos y apacibles paisajes de la campiña inglesa. El motivo principal por el que queríamos hacer este viaje.







Por otra parte, lo peor del viaje fue, sin duda, conducir por la izquierda. Hace más de diez años que tengo el carné de conducir y cojo el coche a diario para ir al trabajo, pero al llegar a Inglaterra y subirme al coche de alquiler con la palanca de cambios a mi izquierda y las rotondas en sentido inverso… fue como si condujera por primera vez, con dificultad para medir las distancias de los lados y atenta a un millón de cosas. Había una hora y media en coche desde el aeropuerto de Bristol a Chedworth y pasé tantos nervios y tensión por el camino que casi vomito al llegar, ¡me dolía todo el cuerpo! Cogíamos el coche todos los días para visitar los pueblos cercanos, así que la cosa fue mejorando con la práctica, afortunadamente.

A pesar de ese único inconveniente, este viaje a la campiña inglesa ha sido uno de los que más nos han gustado, disfrutando de la tranquilidad y belleza del campo, la deliciosa comida y la hospitalidad británica. Para repetir (o incluso para irnos a vivir).


SORTEO

Os recuerdo que todavía podéis participar en el sorteo del libro en español "Las recetas de la pastelería Hummingbird". Tenéis hasta el próximo miércoles 17 de octubre. El jueves 18 daré a conocer el nombre del ganador. ¡Mucha suerte a todos!


¡Feliz domingo!

sábado, 6 de octubre de 2012

Sorteo del libro "Las recetas de la pastelería Hummingbird"


El otro día anuncié en el Facebook del blog una muy buena noticia. El libro "The Hummingbird Bakery Cookbook" ya está disponible en español y se llama "Las recetas de la pastelería Hummingbird".

Es uno de mis libros de repostería de cabecera, como ya os comenté aquí, con recetas de la célebre pastelería londinense y lleno de clásicos de la repostería inglesa. He publicado algunos de sus deliciosos postres en mi blog, como la tarta de limón y merengue o el pastel de zanahoria.


Por eso, estoy muy contenta de anunciaros que, gracias a la Editorial Acanto, voy a celebrar un sorteo para todos los seguidores del blog y el ganador recibirá un ejemplar de este fantástico libro.

Para participar en el sorteo simplemente tienes que:

- Ser seguidor de La chica de la casa de caramelo en Blogger o en Facebook. Si eres seguidor del blog en los dos sitios, tendrás dos participaciones.

- Dejar un comentario en este post con tu correo electrónico y, si eres seguidor en Facebook, también con tu nombre para poder localizarte.

El plazo para participar en el sorteo termina el miércoles 17 de octubre. Y el jueves 18 de octubre anunciaré en el blog el nombre del ganador.

¡Mucha suerte a todos!