Disculpad mi ausencia estas últimas semanas. Todavía no me
he ido de vacaciones, todo lo contrario, he tenido mucho trabajo últimamente y,
además, el tiempo libre que no me
quitaba el trabajo lo he tenido que dedicar en ¡hacer una mudanza! Sí, El Chico
Pecoso y yo nos hemos cambiado de casa. Ha sido algo bastante precipitado, de
ahí la falta de tiempo para organizarnos. Nos surgió la oportunidad de alquilar
un piso más grande y más nuevo y no quisimos desaprovecharla.
Todavía estamos algo liados montando muebles, desembalando
cajas y ordenándolo todo, pero después del verano espero tenerlo todo listo
para poder enseñaros algunas fotos. De momento, ya hemos estrenado uno de los
rincones que más nos gustan de la casa, la pequeña terracita. En el otro piso no
teníamos, así que aquí estamos disfrutando un montón de los desayunos y cenas
al fresco. Para muestra, os dejo algunas imágenes del desayuno que tomamos
ayer. Sencillo y rápido de preparar.
Como a veces me preguntáis por los objetos que salen en las fotos, os digo ya de dónde son. El servilletero, la bandeja y la cajita de té son de Casa. El farolillo es de Ikea, y las tazas y jarrita de cuadros vichy son de Bañón.
Para desayunar con energía preparamos unas tostas de salmón y huevos revueltos con una mezcla de lechugas aliñadas con aceto balsámico de higo.
Hicimos unos vasitos de yogur griego con sirope de arce y frutas (kiwi y ciruelas). Riquísimos.
Son estas pequeñas cosas las que, independientemente de donde estés, siempre te hacen sentir en casa.
¡Feliz domingo!