Aprovechando que el otoño ha traído, como cada año, un montón de frutas riquísimas y sabrosas, el Chico Pecoso y yo decidimos preparar ayer un brunch de otoño en casa. En él no podían faltar los platos típicos de un brunch, como huevos, tortitas o french toast, pero con un especial sabor otoñal, gracias a la granada, el membrillo, el caqui, las nueces o el plátano que, aunque puede comerse durante todo el año, es en otoño cuando sabe más dulce.
Preparamos dos tipos de huevos, según las preferencias de nuestros invitados. Un tipo fueron los huevos en cocotte, una receta deliciosa y rápida, que vi en el blog de Trotamundos, Food and Cook.
Hay que engrasar con mantequilla cada vasito de horno y poner dentro: un huevo, dos cucharadas de nata líquida, sal y pimienta. Yo además le añadí unas tiras de jamón serrano, perejil y tomillo. Se hornean dentro de una fuente con agua hirviendo y se dejan 10 minutos a 175º.
El otro tipo de huevos que no podía faltar en un brunch son los huevos Benedict, que los preparamos de una forma algo distinta por falta de ingredientes. En lugar usar un English muffin de base, bacon canadiense y salsa holandesa para acompañar el huevo; pusimos pan de molde ligeramente tostado, jamón serrano y mayonesa de mostaza. Los servimos junto con una ensalada de granada y membrillo, aliñada con aceto balsámico de higos.
Preparamos tortitas normales y tortitas de bacon. Para preparar estas últimas simplemente hay que freír primero el bacon y luego echar sobre cada loncha (o media loncha) un poco de mezcla para tortitas y cocinarlas con normalidad. La receta para estas tortitas ricas y esponjosas es la que ya publiqué en el post sobre un desayuno de domingo.
Para acompañar a las tortitas servimos mantequilla, sirope de arce, miel y varias mermeladas artesanales de higos, paraguayos y frambuesas.
Otro de los platos dulces fueron estas french toast (una especie de torrijas) con salsa de toffee, plátano y nueces. Deliciosas.
Para hacer las french toast, batimos por cada tostada: un huevo, tres cucharadas de nata líquida, una cucharadita de vainilla y un poco de canela. Las bañamos bien en la mezcla y las freímos con un poco de mantequilla.
Aparte preparamos la salsa de toffee con 150 gr. de azúcar moreno, 150 gr. de mantequilla y 250 gr. de nada líquida. Derretimos la mantequilla a fuego bajo y a continuación añadimos el azúcar y la nata. Removemos hasta que se incorporen bien todos los ingredientes y dejamos hervir durante 5 minutos. Es una salsa fácil y de las más ricas que he probado. Me encanta. Y al enfriarse espesa bastante.
Servimos esta salsa de toffee junto a las french toast y los plátanos y nueces ligeramente fritos con un poco de mantequilla.
Otra de las cosas que hicimos fue este parfait de yogur griego con galleta María triturada, caqui y almendra crocanti. La idea de la galleta triturada con el yogur la saqué del fantástico blog The Breakfast Lover y tengo que decir que combinan de maravilla.
Y, por último, estos muffins de sirope de arce y pepitas de chocolate, que vi en el blog de Bakerella. Se pueden comer así o bañarlos en sirope de arce, y están buenísimos.
Os pongo aquí la receta en español. Originalmente es para 24 mini muffins, pero yo hice muffins normales así que me salieron doce.
- 1 taza de harina
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1/4 cucharadita de sal
- 2 cucharadas de azúcar
- 2/3 de taza de suero de leche (podéis hacerlo añadiendo una cucharada de vinagre a esta cantidad de leche)
- 1 huevo
- 2 cucharadas de sirope de arce
- 2 cucharadas de mantequilla derretida
- 1/2 taza de chips de chocolate
Precalentamos el horno a 175º. En un bol mezclamos la harina, la levadura, el bicarbonato, la sal y el azúcar. En otro bol batimos el huevo con el suero de leche, la mantequilla y el sirope de arce. Añadimos estos ingredientes húmedos a los ingredientes secos y los mezclamos con una cuchara. Añadimos los chips de chocolate a la masa, reservando algunos para colocar sobre los muffins antes de hornear. Horneamos los muffins durante 12-15 minutos. Cuando estén listos, los dejamos enfriar del todo sobre una rejilla.
Para beber preparamos té y café, según los gustos de los invitados. Además del famoso cóctel Bellini, a base de cava y zumo de melocotón.
Y para planificar todo esto me vino muy bien tener un libro de Fabriano que me compré hace unos años en Roma, donde puedes dibujar la forma de la mesa y colocar a tus invitados, escribir el menú, las personas que van a asistir, las bebidas... Yo hice dibujitos de mis invitados, que recorté y pegué en el libro. Espero que no se vean muy desfavorecidos (dibujar no es lo mío).
Como veis, un brunch con sabor otoñal nada costoso de preparar, ya que todo son platos sencillos y bastante rápidos. Y, para mí, el descubrimiento de este brunch ha sido la salsa de toffee, mucho más fácil de hacer de lo que pensaba y tan deliciosa que todavía se me hace la boca agua. Si todavía no la habéis probado, os recomiendo que la hagáis cuanto antes.
¡Feliz domingo!