domingo, 27 de mayo de 2012

Cesta dulce de San Valentín

Hace un par de meses os enseñé las cestitas dulces de Pascua que hice para mis compañeras de trabajo. Hoy os voy a enseñar otra idea parecida, muy sencilla y vistosa: una cesta dulce de San Valentín, que también os puede servir como regalo del Día de la Madre, aniversario, etc.


Esta vez no forré yo la cestita de mimbre, sino que ya la compré así (mucho más rápido). Hice unas magdalenas red velvet, unas galletas de jengibre con forma de corazón y un riquísimo batido de fresas. Una de las galletas la decoré con fondant blanco y el resto las até con cuerdas, decoradas con unos corazones de cartulina roja.


Si queréis complementar esta cestita dulce de San Valentín, podéis escribir un mensaje de amor en una botella decorada a vuestro gusto. Yo le puse unas bolitas rojas de azúcar en el interior, un trozo de tela de cuadros en la tapa y una etiqueta con un corazón en el centro. 

En el mensaje podéis escribir, entre otras cosas, la fórmula secreta de vuestro amor, lo que os hace quererle cada día más. Os dejo mi fórmula, por si os sirve de inspiración.

Ingredientes:
  • Una mano al cruzar la calle
  • Conversaciones sin prisa
  • Risas hasta agarrarse la barriga
  • Generosidad sin límites
  • Abrazos contra la tristeza
  • Quehaceres en compañía
  • Inspiración para la vida
Preparación: 

Mezclar todo muy bien con una pizca de sorpresa y muchos, muchos besos.  

Un detalle con mucho amor, fácil de hacer y que seguro le sorprende. Espero que os guste y os sirva de inspiración para el próximo San Valentín, aniversario o cumpleaños.

¡Feliz domingo!

domingo, 20 de mayo de 2012

Nuestra boda

Hace tiempo que tengo las fotos de nuestra boda, pero entre unas cosas y otras me había olvidado de enseñároslas. Son sólo unas pocas imágenes, pero igual alguna os sirve de inspiración, aprovechando que acaba de empezar la temporada de bodas.

Nos casamos el 3 de septiembre de 2011 en León, ciudad natal de mi madre. Como muchos de los invitados venían desde Valencia, elaboramos un breve folleto (en papel y electrónico) con información de interés sobre la ciudad. Podéis ojearlo aquí debajo. Los niños de la portada somos nosotros, pero no es ningún fotomontaje, el Chico Pecoso y yo nos conocemos desde los 6 añitos.


El día de la boda, el novio llevó chaqué y los complementos que veis en las fotos: zapatos de Guy Laroche y corbata y gemelos de Loewe.

Toda mi lencería era de Vanity Fair, excepto la liga con un lacito azul que me hizo una de mis primas. El vestido y el velo, como ya os comenté aquí, eran de Óscar de la Renta.

Aquí podéis ver algunos de mis complementos. Los pendientes de brillantes, que eran mi "algo prestado", me los dejó mi suegra y pertenecían a su abuela. Las sandalias eran de Salvatore Ferragamo y ya os hablé de ellas aquí. El anillo de compromiso es el Oui de Dior, que os enseñé aquí. Y la doble diadema de strass y plata me la regaló mi padre para la boda.

Las alianzas, como ya os comenté aquí, eran las de la serie LOVE de Cartier en oro blanco.


Me vestí en el Hotel NH Plaza Mayor de León y tuve la ayuda de mis dos chicas favoritas en el mundo entero: mi hermana (no la veis porque está detrás de mí) y La chica en clave de fa (la prima de la que os hablaba antes). En este momento que veis en la foto, aunque no lo parezca, ¡estábamos muy nerviosas!

Aunque tuvimos la suerte de que salió un día precioso, en septiembre en León no te puedes fiar del tiempo, así que me compré un paraguas blanco muy grande (que finalmente no tuve que usar) y también quise llevar por si acaso una preciosa chaqueta blanca de angora (la que lleva mi prima en la mano) que me hizo la madre de La chica que se ríe todo el rato.

Toda la celebración de la boda fue en el Parador de León - Hostal San Marcos, uno de nuestros monumentos favoritos de la ciudad y también uno de los motivos por los que queríamos celebrar la boda en León.

La Iglesia de San Marcos, de estilo gótico, es enorme (la entrada por el pasillo se me hizo eterna) y muy bonita, como podéis ver en las fotos.



Mi ramo era de rosas pequeñas color rosa claro. Éste no era el ramo original, en principio iban a ser peonías. Pero, como no era la época más adecuada para ellas, llegaron en un estado regular y el mismo día de la boda, decidí cambiarlo por este otro.


Yo tengo el pelo muy liso y siempre lo llevo suelto, así que para la boda decidí ondulármelo un poco y dejármelo simplemente recogido hacia un lado, para no verme demasiado cambiada.

El aperitivo de la boda se sirvió en el claustro alto de San Marcos, desde donde nos hicieron la foto que veis abajo.

Mientras nosotros nos hacíamos fotos, los invitados pudieron disfrutar tranquilamente del aperitivo en el claustro, amenizado por un dueto de piano y cello.










Aquí podéis ver uno de los pliegos de nuestro álbum de boda con las preciosas fotos que nos hizo María Cano, la fotógrafa de la que ya os hablé en la sesión preboda.
 
Después de las fotos, pudimos reunirnos con los invitados en el claustro, antes de bajar al salón, y brindar por nuestro recién estrenado matrimonio.



Junto al plato de cada invitado, pusimos un tulipán de gominola con una tarjetita en forma de corazón (a juego con las invitaciones de boda, de las que os hablé aqui) en la que les agradecíamos que nos acompañaran en ese día tan especial.

Además, como alternativa al clásico libro de firmas, les dejamos a los invitados una tarjetita en blanco con un sobre, para que cada uno nos dejara un mensaje con sus buenos deseos para nuestra vida de casados. Luego todos tenían que depositarlas en una esfera de cristal decorada con un lazo fucsia.


Como celebramos la boda en León, queríamos que hubiese también algo de Valencia. Así que, como detalle para los invitados, dimos botellitas de mistela de Turís y tarritos de miel de azahar artesanal (una pena no tener fotos).

Fue un día inolvidable, con muchas risas, nervios, sorpresas y, sobre todo, emoción. Hay cosas que no salen exactamente como las planeaste y otras que cambiarías si volvieses a repetir. Por ello, precisamente, es mejor no agobiarse, hacer las cosas a vuestro gusto y disfrutar todo lo posible de ese día y de los preparativos.

¡Feliz domingo!

domingo, 13 de mayo de 2012

Gofres caseros

Hacía tiempo que tenía ganas de hacer gofres, porque es un dulce que me encanta, tanto los que he comido aquí en España, como los de EE.UU. (que son algo diferentes). Así que hace un par de semanas me compré en Amazon una gofrera y, este fin de semana, por fin he tenido la oportunidad de estrenarla.

La receta la saqué de Webos Fritos, un blog que os recomiendo visitar, tanto por sus apetitosas recetas como por sus extraordinarias fotografías. Estos gofres no son exactamente iguales que los que comemos por ahí, son más crujientes por fuera y su sabor me recuerda más a los gofres de EE.UU. Están riquísimos.

Ingredientes (para 10/12 gofres):

125 gr. de mantequilla
100 gr. de azúcar
1 cucharadita de esencia de vainilla
2 huevos y una yema
250 gr. de harina
1 cucharadita de levadura en polvo
190 ml. de leche

Batimos la mantequilla hasta que quede espumosa y, a continuación, añadimos el azúcar, la vainilla y los huevos y lo mezclamos bien.

Después tamizamos la harina junto con la levadura y la añadimos a la mezcla anterior. Sin dejar de remover, vamos añadiendo la leche poco a poco, y lo batimos todo a velocidad máxima durante 2 ó 3 minutos.

Dejamos reposar la masa 15 minutos. Encendemos la gofrera, previamente engrasada, y cuando nos indique la máquina, ponemos un poco de masa en cada lado. Cerramos la gofrera y dejamos hacerse los gofres durante unos 4 minutos (o lo que os indique la máquina).

Sacamos los gofres y los dejamos templar sobre una rejilla. A mí me gusta más que la forma de los gofres quede como incompleta, así que intenté poner menos cantidad de masa en la gofrera para que no se rellenaran del todo los bordes.

Podemos servirlos cubiertos de chocolate fundido...

O, como a mí me gustan, con chocolate y helado de vainilla.

Muy fáciles y rápidos, estos gofres son perfectos para desayunar o merendar acompañados por un café con leche o lo que queramos. Si tenéis a mano una gofrera, os recomiendo que los probéis. A mí me encanta lo crujientes que son.

¡Que los disfrutéis!

martes, 8 de mayo de 2012

Mis libros de repostería (y alguno más)

Siempre que hago una receta de un libro, lo indico para que, si os parece interesante, lo busquéis. A veces me escribís preguntando por los libros de repostería que utilizo y, por eso, hoy me gustaría hacer una recopilación de algunos de los libros que tengo, para enseñaros cuáles son mis favoritos, los que más uso e incluso las últimas incorporaciones.


Mis libros de repostería de cabecera son The Hummingbird Bakery Cookbook y The Primrose Bakery Book, ambos de pastelerías londinenses. Son los que más utilizo y de los que más recetas tengo en lista para probar. Las tartas (pies y cakes), bizcochos, cupcakes y galletas que he hecho de estos libros han sido siempre deliciosos. Os recomiendo tener uno de los dos (o los dos) siempre en vuestra cocina. No os decepcionarán.



Para dulces especiales o diferentes son muy recomendables los libros: Cake pops de Bakerella, Miette de la famosa pastelería de San Francisco y Whoopie pies. El primero es muy divertido por todas las decoraciones tan diferentes que puedes hacer con tus cake pops. El segundo tiene unas tartas preciosas y muy apetecibles, me encantan sus layer cakes (pasteles de varias capas) como el de la portada. Y el tercero es muy útil si quieres aprender a hacer whoopie pies, ya que recoge las recetas de los bizcochos y rellenos más recomendables para estos pequeños dulces. Además, son muy fáciles de hacer.



Entre los libros que tengo más específicos de decoración de dulces, mis favoritos son Peggy's Favourite Cakes & Cookies de Peggy Porschen y Book of Iced Biscuits de Biscuiteers. Me gusta éste de Peggy Porschen entre todos sus libros porque es el que recoge sus mejores tartas, cupcakes y galletas (aunque acaba de sacar uno nuevo que estoy deseando comprarme, Boutique Baking). Las decoraciones de Peggy Porschen son impresionantes, sobre todo sus flores, absolutamente maravillosas. El libro de Biscuiteers es muy interesante para decorar galletas porque tiene una buena variedad de recetas y diseños temáticos bastante sencillos y muy vistosos.



Uno de los libros que, aunque tiene repostería, me gusta sobre todo por sus recetas saladas es La cocina de Nigella Lawson. Se lo he dejado a mi madre y le encanta, porque las recetas, además de riquísimas, son fáciles, rápidas y saludables. Deliciosa la crema de calabaza y boniato, los tomates asados a la luz de la luna, la ensalada de higos y jamón serrano, el risotto de queso cheddar... ¡todo!

Para desayunos utilizo bastante el libro Brunch, que tiene recetas fáciles tanto dulces como saladas, y otro de Batidos y Zumos de Parragon, con un montón de bebidas apetecibles. Los dos podéis encontrarlos en Fnac.


También tengo otros libros de muffins, cupcakes, tartas dulces y saladas, recetas con chocolate, etc., de los que saco algunas ideas. Pero los anteriores son los que más me gustan. 

Para terminar os quería hablar de mi última adquisición, que me tiene enamorada. Es el fantástico libro de Amy Atlas, Sweet Designs. Si os gusta preparar fiestas, este libro es imprescindible. Tiene recetas, manualidades, estilos de decoración... todo con una presentación muy cuidada, explicado paso a paso y especificando los materiales que necesitamos para cada fiesta. Os lo recomiendo porque sé que os va a encantar desde la primera hasta la última página.


Mi lista de deseos en cuanto a libros de repostería es el doble de larga, pero tendré que ir poco a poco, porque con los que tengo y el poco tiempo que me queda libre, ya no doy a basto a preparar recetas. 

Espero que os hayan gustado mis recomendaciones, aunque estoy segura de que muchos ya tenéis algunos de estos libros en vuestras estanterías. ¿Me equivoco?

¡Feliz martes!

martes, 1 de mayo de 2012

Las 10 mejores cosas de nuestro viaje a Las Vegas

Hace un par de semanas os hablé de las mejores cosas de nuestro viaje a Nueva York, pero me faltaba hablaros de la otra mitad de nuestra luna de miel: Las Vegas. Como en el post sobre NY, he hecho una selección con las mejores cosas de nuestro viaje a Las Vegas.

1. La bienvenida a Las Vegas

Después de haber visto la ciudad en tantas películas y series, cuando llegamos a Las Vegas Boulevard y vimos el cartel iluminado dándonos la bienvenida a la fabulosa Las Vegas… no podía creer que estuviéramos ahí. Es una ciudad deslumbrante, llena de luces y de hoteles espectaculares. Una ciudad hecha para divertirte. Y eso fue lo que hicimos en los cuatro días que estuvimos allí.

2. Los hoteles y casinos 

Como os decía antes, hay hoteles y casinos realmente espectaculares en Las Vegas. Algunos son clásicos, como el Bellagio, otros tienen una montaña rusa gigante, como el Hotel New York, y otros reproducen los canales de Venecia con un soleado cielo pintado sobre tu cabeza, como The Venetian. Por supuesto, visitamos todos estos hoteles y casinos, entre los que se encontraba el mítico Hard Rock, cuya guitarra gigante se ha convertido ya en un icono más de Las Vegas.

Nuestro hotel, Aria, es uno de los últimos que se han construido en la ciudad. Si vais a Las Vegas os lo recomiendo porque es precioso, sus habitaciones son gigantes y en ellas todo se controla con una especie de tablet: la luz, las cortinas, la música, la televisión, la temperatura... Además, entre sus muchos establecimientos, cuenta con una pastelería del repostero Jean Philippe, donde todos los dulces son extraordinarios.




3. Desayunar en la habitación del hotel con vistas al Strip

En Nueva York nos levantábamos pronto para recorrer la ciudad y tener tiempo para ver y hacer muchas cosas; pero en Las Vegas todo es más relajado. Puedes despertarte más tarde y desayunar tranquilamente en tu habitación mientras ves cómo la ciudad sigue su ritmo. En Las Vegas los casinos nunca cierran y, salgas a la hora que salgas, puedes ver a un montón de gente jugando en las mesas o caminando por el Strip, la calle principal de la ciudad, donde se acumulan la mayoría de los grandes casinos.


4. Ver un espectáculo de Elvis

Una de las cosas obligadas para hacer en Las Vegas es ver un espectáculo del Rey del rock. A diferencia de lo que creíamos, no hay tanta gente por la calle disfrazada de Elvis, pero sí hay bastantes espectáculos en los casinos relacionados con él. Casualmente, en nuestro hotel estaba el espectáculo más importante sobre Elvis, representado por el Circo del Sol, así que fuimos a verlo. "Viva Elvis" es un emotivo recorrido por la vida del cantante, acompañado por sus mejores canciones y las acrobacias del circo del sol. Un espectáculo increíble, que te hace adorar todavía más la música de Elvis.


5. Cenar con cócteles

Esto se puede hacer en muchos sitios, pero allí es bastante más habitual. En España solemos cenar con vino y después ya pasamos a las copas. Aquí me pareció muy divertido ir probando distintos cócteles durante la cena. En las fotos, podéis ver algunos de los cócteles que tomamos (de izquierda a derecha y de arriba a abajo): Berrylicious, Martini de pepino, algodón de azúcar y mango picante. ¡Riquísimos!


6. Visitar una wedding chapel

Volver a casarnos no era uno de nuestros planes en Las Vegas, aunque supongo que puede ser algo muy divertido. Lo que sí hicimos fue visitar algunas de las wedding chapels que había en casinos como el Flamingo o el Bellagio, eran jardines interiores muy cuidados con gazebos para celebrar los enlaces. Pero la más famosa de todas las wedding chapels dicen que es "Graceland Wedding Chapel", una de las más antiguas de Las Vegas y donde, además, imitadores de Elvis ofician las bodas. Por lo visto, muchos famosos se han casado en esta capilla, como el cantante Bon Jovi. Una pena que estuviera un poco alejada y no tuviéramos tiempo de ir a verla.


7. Disfrutar de una relajante tarde en pareja

Al no tener prisa, otra de las cosas que puedes hacer (y que viene genial después de una semana sin parar en NY), es disfrutar de una relajante tarde de spa y masaje en pareja (yo, además, aproveché para hacerme la manicura). Nosotros no nos movimos de nuestro hotel Aria, porque tenía unas instalaciones y servicios muy atractivos, pero uno de los sitios más recomendados de masajes en Las Vegas es el "Bocaray Massage", aunque está bastante alejado del centro. Este tipo de cosas puedes disfrutarlas en cualquier sitio, pero hacerlo en tu luna de miel, mejora la experiencia.


8. Los contrastes

La gente va a Las Vegas a divertirse y gastarse el dinero de muchas formas distintas. Puedes desde comprar en tiendas caras (Prada, Tiffany & Co., Louis Vuitton, Gucci...), hasta visitar clubs de striptease. Todo está unido y, por eso, llaman más la atención los contrastes. Es como un parque temático para adultos con muchos entretenimientos, donde todo está diseñado para que te gastes dinero (atravesar un casino sin perderte entre sus máquinas y mesas de juego es casi misión imposible).



9. Cenar en el Hotel París

El Hotel París tiene un restaurante en forma de Torre Eiffel, y uno de sus mayores atractivos es estar situado justo en frente del Hotel Bellagio. Mientras tomas una deliciosa (aunque nada barata) cena, puedes disfrutar del espectáculo de las fuentes del mítico hotel y contemplar toda la avenida de hoteles y casinos iluminados. Os recomiendo reservar con antelación para que os den una de las mesas junto a la ventana.

Lo mejor de la cena fue el postre que pedí, un riquísimo (y enorme) soufflé de pistacho, que os enseño más abajo. El camarero, al traérmelo, me dijo que la gente siempre pedía el soufflé de chocolate, pero que éste era su favorito.






10. Ganar

No puedes ir a Las Vegas y no jugar en sus casinos. La ciudad tiene muchos atractivos, pero obviamente el juego es el mayor de ellos. No importa la hora que sea, siempre verás a gente jugando en los casinos; pero a primera hora de la noche es cuando más personas se reúnen en torno a las mesas de juego. Aunque parezca que pasas desapercibido entre tanta gente, hay muchísima vigilancia. Al minuto de sentarme en una mesa de ruleta y antes incluso de poder cambiar fichas, se me acercó un señor para pedirme el carné (la edad mínima para jugar son 21 años y yo tenía 29, así que le agradezco el cumplido).

Nuestra experiencia con el juego en Las Vegas fue muy positiva. En la ruleta perdimos y enseguida recuperamos, en las máquinas no tuvimos mucha suerte, pero en el blackjack ganamos  ¡150 dólares! Ya era divertido simplemente jugar en Las Vegas, pero ganar… mucho más.

Extra: El Gran Cañón

La excursión al Gran Cañón del Colorado fue una de las cosas más recomendables que hicimos en nuestra luna de miel. Cuando estuvimos en Nueva York aprovechamos para ver las cataratas del Niágara, y nos parecieron muy bonitas, pero no es algo que te deje sin palabras. El Gran Cañón, sí. Es realmente espectacular y supera a cualquier otro sitio que haya visitado. Ninguna foto refleja la inmensidad y belleza de ese lugar. Además, en la zona hay muchas ardillas monísimas que enseguida vienen a pedirte comida. Pero es mejor no dejar que se acerquen demasiado por el tema de las pulgas...

Y hasta aquí nuestra luna de miel. Espero que os haya gustado y os sirva un poco de guía por si algún día visitáis la fabulosa ciudad Las Vegas, algo que os recomiendo hacer.


¡Feliz semana!