domingo, 25 de septiembre de 2016

Port Aventura con una niña pequeña: nuestra experiencia

Como habréis visto por Instagram, el fin de semana pasado estuvimos en Port Aventura. El Chico Pecoso y yo somos muy fans del parque y, hasta que me quedé embarazada de Miranda, íbamos todos los años a pasar un fin de semana. Ahora que ella tiene dos años, pensamos que ya podría disfrutar del parque y sus atracciones. ¡Y vaya si lo hizo!

Algunas personas me habían comentado que ir a Port Aventura con un niño que midiera menos de 1,20 era un rollo porque no se podían subir a nada. Pero lo cierto es que la oferta para niños pequeños es muy amplia y nos ha sorprendido encontrar muchas más atracciones de las que imaginábamos donde se pudiera subir, por no hablar de los espectáculos y actividades para niños. A continuación os resumo en 10 puntos lo que más nos ha gustado de ir a Port Aventura con una niña de 2 años (que mide 90 cm) y os adelanto que no tengo acciones del parque, aunque lo parezca.

1. El Hotel Port Aventura y sus actividades para niños

Nosotros nos habíamos alojado en otras ocasiones en el Hotel Caribe, en el Hotel Gold River y en el Hotel Port Aventura. Este último es el que más nos gusta porque está dentro del parque, junto a la zona de Mediterránea, y resulta muy cómodo para entrar y salir, sobre todo yendo con una niña pequeña (el Gold River también está dentro pero un poco más alejado). Además, la decoración imitando un pueblecito mediterráneo nos encanta, con puentes, riachuelos y casitas bajas.

Pero aparte de la comodidad, este año hemos disfrutamos de las actividades para niños que se organizan en el hotel por la tarde/noche (de 19:30 a 22:30h.) y que antes nos pasaban desapercibidas. Había globoflexia, pintacaras, juegos de cantar y bailar, y espectáculos con los personajes del parque, que le encantaron a Miranda. Simplemente por esto ya vale la pena alojarse en los hoteles cuando vas con niños.



2. Los espectáculos

Una de las cosas que tiene Port Aventura y que lo diferencia del resto de parques de atracciones es su amplia variedad de espectáculos y la calidad de los mismos. De entre todos los espectáculos que había, esta vez escogimos los que pensamos que más gustarían a Miranda: Bubblebou (en China), Aves del Paraíso (en Polinesia), ¡Viva México! (en México) y Sésamo Aventura Talent Show (en Sésamo Aventura). 

A excepción de Aves del Paraíso, del que nos tuvimos que ir a mitad porque se aburría, el resto le encantaron. Nuestro favorito es el Can Can en el Far West, donde una vez incluso sacaron al Chico Pecoso al escenario; pero esta vez lo dejamos porque Miranda todavía es demasiado pequeña.

3. Las atracciones para peques y familias

Como os comentaba al principio, Miranda mide 90 cm y aún así pudo subirse en muchísimas atracciones que no tienen restricciones de altura, en algunas sola y en otras con nosotros. Os las enumero a continuación por si os resulta útil para vuestra visita. En la web de Port Aventura podéis consultar en qué consiste cada una.

- Loco-loco tiki (Sésamo Aventura) - acompañada
- La granja de Elmo (Sésamo Aventura) - acompañada
- Canoes (Polinesia) - sola
- Angkor (China) - acompañada
- Tea cups (China) - acompañada
- Cobra imperial (China) - acompañada
- Kiddie dragons (China) - sola
- Kiddie balloons (China) - acompañada
- Kiddie kities (China) - acompañada
- El secreto de los mayas (México) - acompañada. Aquí en realidad los niños pueden ir solos sin restricción de altura, pero como es un laberinto de espejos la gente suele entrar por grupos. Nos pareció muy divertido para toda la familia.
- Armadillos (México) - sola
- Los potrillos (México) - acompañada
- Carousel (Far West) - acompañada
- Buffalo rodeo (Far West) - sola. Son unos coches de choque para niños.

Su atracción favorita fue Canoes, a la que se subió 7 u 8 veces, y donde compramos la típica foto que te hacen al bajar por la rampa con cara de susto. Y mención especial merece la atracción Angkor, que además ha sido recientemente premiada. Es perfecta para toda la familia, sin importar edad ni estatura, y sales de ella empapado, por lo que las risas están aseguradas.

Luego hay atracciones a partir de 95 cm, 100 cm, 105 cm, 110 cm, 115 cm, etc. Así que supongo que Miranda podrá ir descubriendo nuevas atracciones cada año.

4. Los personajes

Encontrarse con Woody Woodpecker (anteriormente conocido como el Pájaro Loco), Elmo o cualquiera de los personajes infantiles que pasean por Port Aventura y poder hacerse una foto con ellos es algo que a Miranda le alucinó, como a casi todos los niños. Siempre quería pararse a saludarles.



5. Las zonas de parques infantiles

Además de las atracciones, en el parque hay varias áreas de juego chulísimas para niños. En China hay un dragón gigante de madera con toboganes altísimos (que yo misma probé) y que resultan muy divertidos para los peques. También en Sésamo Aventura hay una zona de juegos con toboganes, camas elásticas, laberintos... Todo acolchado y protegido con redes. Se llama El Huerto Encantado.

Otra atracción bastante nueva para niños que han puesto en China es la autoescuela. Tiene muy buena pinta, pero Miranda todavía era pequeña para subirse y creo que es de pago.

6. Los restaurantes tematizados

Una de las cosas que más nos gustan de Port Aventura es su amplia oferta de restaurantes. Es cierto que la comida tampoco es para tirar cohetes y es un poco cara, pero la tematización de sus espacios y de las cartas los hace muy atractivos. 


Nos gusta mucho el Iron Horse Hotel, un restaurante típico americano con servicio de mesa en el Far West, y también la Cantina, un self-service de comida mexicana con actuación musical en directo (esto le encantó a Miranda, que no paró de bailar durante toda la actuación). 

En Far West también hay un self-service con actuación de música country en directo que está muy bien, el Old Steak House.

7. La ambientación de las zonas

Mediterránea, China, Polinesia, Far West, México y Sésamo Aventura. Cada una de las diferentes zonas temáticas de Port Aventura está muy bien ambientada; no sólo las atracciones, sino las tiendas, la decoración de las calles, los restaurantes que comentábamos antes... Esto es algo muy importante que lo diferencia de otros parques de atracciones en los que hemos estado y que hace muy agradable simplemente pasear por las distintas zonas. 




8. El parque acuático

Siempre que vamos a Port Aventura intentamos escoger fechas en las que también esté abierto Caribe Aquatic Park, para aprovechar al máximo nuestra estancia y tener variedad de entretenimiento. Esta vez, al ir con Miranda, nos limitamos a las atracciones infantiles, principalmente la Laguna de Woody, aunque también visitamos la zona indoor, la piscina de olas, Sésamo Beach, etc. Una de las cosas más divertidas de la Laguna de Woody, además de sus cañones de agua y sus toboganes, es el cubo de agua que cae de repente y moja a todos los que estén en la atracción. ¡Menudo susto nos dio!

Una pega que le hemos encontrado este año al parque acuático (hacía varios años que no veníamos) es que ya no cuentan con servicio de alquiler de toallas como antes, por lo que tuvimos que comprarlas. Aunque creo que en el hotel sí que te prestan toallas para la piscina si las necesitas, desconozco si las puedes llevar al parque acuático.



9. La facilidad de acceso y transporte

A Miranda no le gusta mucho ir en coche, se marea, vomita y se agobia si el viaje es largo. Sin embargo, en tren va muy a gusto sentada con nosotros, así que nos resultó comodísimo que el parque tuviera una parada de tren propia (ya la habíamos probado hace unos años). Además, la parada está al ladito del parque y hay un pequeño tren que te acerca hasta el hotel, por lo que no tienes que caminar grandes distancias con las maletas. Nuestro tren llegó el viernes a las 12:30 h. de la mañana y a esa hora no había nada de cola en el check-in del hotel. Además nos dieron la habitación directamente. El tren de vuelta salía el domingo a las 20:30 h. y el parque cerraba a las 20:00 h., así que pudimos disfrutar prácticamente de tres días de parque completos.

Otra cosa es que dentro del parque no es necesario ir andando a todas las zonas. El parque cuenta con un tren que hace el trayecto Mediterránea - Far West (y viceversa) y un barco que hace el trayecto China - Mediterránea (y viceversa). También alquilan carritos para niños por si no quieres llevar el tuyo o prefieres dejarlo en el hotel o en las consignas del parque.





10. Los desayunos buffet

Esto lo disfrutamos mucho siempre que nos alojamos en los hoteles de Port Aventura y esta vez con Miranda, también. Como no teníamos prisa por entrar al parque podíamos desayunar tranquilamente por las mañanas y probar diferentes platos del buffet: tortitas con huevos y bacon, churros con chocolate, tortilla de patata, fruta, fiambre, bollería, tostadas, cereales... Hay varios turnos de desayunos desde las 8:00 hasta las 10:30, que se eligen al hacer el check-in. El sábado sólo quedaba el primer turno, de 8:00 a 8:30, pero nos dijeron que podíamos ir al último sin problemas. Se supone que tienes que entrar al buffet en esa media hora, pero luego te puedes quedar desayunando el rato que quieras.

Como recomendación general os diré, aunque pueda parecer evidente, que evitéis visitar el parque en julio y agosto por las colas tan largas que se forman en todo (atracciones, hoteles, restaurantes, espectáculos...). Nosotros siempre vamos en junio o septiembre aprovechando alguna oferta de alojamiento al 50% o similar. Además, los niños menores de 4 años no pagan entrada a los parques ni buffets y en la estancia de hotel pagan muy poco.

Y hasta aquí el pequeño resumen de nuestra experiencia en Port Aventura con Miranda, que espero os sea de utilidad si tenéis pensado visitar el parque con niños pequeños. Como ya os he comentado, nosotros hemos ido muchas veces y yo antes era muy friki de los foros de Port Aventura, así que podéis preguntarme lo que queráis, que me lo sé casi todo. ;)

¡Feliz domingo!



domingo, 11 de septiembre de 2016

Picnic de verano

Con un picnic me despedí antes de las vacaciones (el de nuestra escapada a Cuenca) y con un picnic vuelvo después de estos dos meses de descanso. Ya sabéis que luego empieza el mal tiempo y ya no podemos disfrutar igual de estas pequeñas cosas, así que quisimos aprovechar una de nuestras tardes de vacaciones aquí en Valencia para acercarnos a merendar a nuestro parque favorito, los Jardines de Viveros.

Fue un picnic sencillo y un poco improvisado. El día anterior habíamos comprado esta cesta en Ikea y me apetecía estrenarla, así que por la mañana preparamos unas tartaletas, compramos unos croissants en la panadería y lo dejamos todo listo para la merienda de la tarde.

A Miranda le gusta mucho jugar a hacer picnics en casa, quizás porque ya hemos hecho varios con ella o porque salen en sus dibujos preferidos ("Peppa Pig" y "El pequeño reino de Ben y Holly"). El caso es que con este picnic disfrutó especialmente, porque todo el rato quería ayudarnos a sacar las cosas de la cesta, colocarlas en el mantel, quitar las hojas que caían de los árboles, lavar la fruta...

En  lo que respecta a la comida, decidimos preparar unas tartaletas de frambuesa (con pasta brisa comprada) porque son muy rápidas y fáciles de preparar. Para ello adapté la receta de la tarta de moras al estilo de la campiña inglesa (os recomiendo aumentar la cantidad de azúcar cuando utilicéis frambuesas, ya que suelen ser más ácidas que las moras).

Además llevamos una bandeja con varias de las frutas que tenemos siempre en casa y que a Miranda le encantan: melocotones, uvas, ciruelas y arándanos.

También, unos cuantos croissants acompañados de mermelada de fresas y mermelada de arándanos.

Y,  para beber, llevamos una botella de zumo de naranja natural.

Aunque ya os hablé de él aquí, os recomiendo el libro "The Picnic" porque, además de unas ilustraciones preciosas, tiene muchas recetas y menús que os pueden servir para este tipo de comidas al aire libre. Nosotros esta vez no hicimos ninguna porque, como os digo, fue bastante improvisado; pero siempre lo consulto para comprobar que no nos falta ningún elemento imprescindible.

La  bandeja de madera donde pusimos las frutas es de H&M Home. Allí también compré el año pasado otra bandeja similar que llevamos a nuestro picnic de aniversario junto al río. Me resultan muy cómodas y prácticas para estas ocasiones.

Llevamos también un pequeño cuenco de madera para poder ir lavando ahí mismo la fruta que nos comíamos (esto le divierte mucho a Miranda).

Como veis, fue un picnic muy sencillo, con poca elaboración y que puede prepararse rápidamente.

Os  animo a que aprovechéis los días de verano que todavía quedan para disfrutar de una pequeña merienda como ésta al aire libre, ya sea con amigos o en familia.

Éste es el tipo de plan que más disfrutamos nosotros y nos encanta que Miranda también se divierta con ellos.

A veces no hace falta irte lejos o hacer grandes cosas durante las vacaciones. Una simple merienda en el parque puede ser de lo más especial.

Espero que vosotros hayáis disfrutado mucho del verano y hayáis vuelto con energías renovadas. Yo os espero de nuevo por aquí dentro de un par de semanas.

¡Feliz domingo!