domingo, 26 de mayo de 2013

DIY: Tipi indio para niños

El martes que viene, mi sobrina Martina cumple ya un año (y parece que fue ayer cuando preparamos su baby shower), así que el Chico Pecoso y yo hemos querido fabricarle este bonito tipi indio para su habitación, que es mucho más fácil de hacer de lo que parece. A continuación os muestro cómo.

Sólo necesitamos 6 palos de bambú (yo los compré en Leroy Merlin), una pieza de tela de 1x2 metros, tijeras y cuerda.

Es conveniente que los palos no sean demasiado largos, para que no nos salga un tipi muy grande. Los nuestros los cortamos para que midieran 1,30 metros. Si no tenéis sierra en casa, en Leroy Merlin mismo los podéis cortar a la salida.

Colocamos tres de los palos y los atamos con un poco de cuerda. Luego ponemos los tres palos restantes y los fijamos bien con más cuerda.

Atamos la base hexagonal de nuestro tipi con cuerdas, dejando una separación de 54 cm. entre cada palo, para mantener el tipi estable y que no se abran las patas.

Luego cortamos la tela, según este dibujo del Chico Pecoso. Para cortar las dos esquinas a la vez, doblamos la tela por la mitad, de manera que tenemos un cuadrado de tela de 1x1 metro. Entonces, desde la esquina que marca el dibujo, medimos 73 cm. hacia los lados y 38 cm. en diagonal.
Dibujamos las líneas sobre la tela y cortamos.

Después, en las 6 esquinas de la tela donde irán colocados los palos, cosemos un pequeño retal para que haga de sujeción y ayude a la tela a tensarse sobre el tipi.

Hacemos un corte semicircular en la parte superior de la tela y la colocamos sobre la estructura, metiendo los palos por las sujeciones que hemos cosido antes. Y, a continuación, colocamos los dos trozos de tela que nos habían sobrado de las esquinas sobre la parte superior del tipi, cubriendo las cuerdas y la parte delantera.

Para decorar el tipi, hicimos un banderín con tela de saco y cordón rústico, que colocamos en la parte de arriba.

Cubrimos la base de nuestro tipi con algunas alfombras y cojines para hacerlo más acogedor y ya está listo. Además, podemos adornarlo con luces por dentro para que los niños puedan usarlo también de noche. 

Es muy fácil de montar y desmontar. Nosotros lo fabricamos en nuestro salón y luego simplemente quitamos las telas y juntamos un poco los palos, para llevarlo a casa de Martina y volver a montarlo dentro de su habitación.

A Martina le encantó su nuevo tipi indio y ya no había quien la sacara de ahí.

¡No me digáis que no está para comérsela!

Como veis, una casita sencilla y divertida en forma de tipi indio que encantará a los peques de la casa.

¡Feliz domingo!


domingo, 19 de mayo de 2013

Mis libros de repostería (II)

El año pasado os enseñé cuáles eran mis libros de repostería (o, al menos, los que más usaba); y hoy quiero mostraros las nuevas incorporaciones que ha tenido mi pequeña biblioteca a lo largo de este año. Aunque he de confesar que algunos no he tenido oportunidad de estrenarlos todavía (pero me los sé casi de memoria, de tanto ojearlos buscando recetas).

What Katie Ate es el libro de cocina más bonito que he visto nunca. Sigo su blog desde hace tiempo, porque me encantan las fotografías que hace de sus platos (más salados que dulces). El color y el brillo que tiene la comida en sus fotos, te abren el apetito de manera inmediata. Yo he preparado sus melocotones al horno con miel y están deliciosos.

Entre las últimas incorporaciones británicas hay dos libros sobre tomar el té, uno de la campiña inglesa y otro más de Hummingbird Bakery. El primero, Tea at Fortnum & Mason, es del que saqué la deliciosa receta de lemon curd que os enseñé aquí. En él podéis encontrar todas las recetas que necesitéis para preparar un perfecto afternoon tea en casa: sandwiches, scones, bizcochos, galletas, mermeladas... 

Tea with Bea, también es una excelente recopilación de dulces para servir acompañando el té, aunque lo que más abundan son las tartas y pasteles de todo tipo.

Home Sweet Home es el último libro de The Hummingbird Bakery (ya os conté que su "cookbook" es uno de mis libros de cabecera) y tiene un montón de nuevas recetas riquísimas: cookies, brownies, tartas, cupcakes... (la próxima en mi lista es el baked Alaska). 

Cotswold Recipes es un librito muy pequeño que compré en nuestro viaje a la campiña inglesa el verano pasado y que contiene recetas típicas de la región, tanto dulces como saladas. Estoy deseando hacer la tarta de moras campestre.

Pero no todos los libros que me compro son en inglés, estos dos son de autores españoles, que seguramente conoceréis. El libro de Alma, Objetivo: Cupcake Perfecto, es un imprescindible si eres un amante de los cupcakes. Sus recetas son sencillas y están perfectamente explicadas, con deliciosas combinaciones de bizcochos y cremas. Además, te puedes descargar una aplicación gratuita donde Alma te explica en vídeo muchos de sus trucos, es muy útil. Ahora va a sacar su segundo libro, Objetivo: Tarta Perfecta, y espero que le vaya tan bien como con el primero.

Últimamente me he animado a hacer pan gracias a este fantástico libro de Xavier Barriga, Pan. Te enseña paso a paso todo el proceso para elaborarlo y las distintas posibilidades que hay en cuanto a texturas, ingredientes, etc. También tiene algunas recetas de repostería, como hojaldre, brioches, croissants, magdalenas...


Ladureé Sucré es el libro de postres de la famosa pastelería francesa. Las tapas del libro son de terciopelo, sus hojas tienen el filo dorado y viene dentro de una preciosa cajita. Lo compré para ver si me animaba a preparar sus deliciosos macarons en casa, pero de momento sólo he preparado el milhojas de frutas y la piña caramelizada con helado. Tiene, además, todos los clásicos franceses que te puedas imaginar: éclairs, madeleines, sablés, clafoutis...


Baking Made Easy es uno de los libros de cocina de Lorraine Pascale, con platos dulces y salados. Ella es la creadora del fantástico brownie de Oreo que os enseñé aquí. Además, tiene una larga lista de recetas clásicas de repostería, como el Victoria cake, la pavlova o la tarta tatin, a las que da siempre su toque personal.

Pies & Tarts y Cookies, ambos de Martha Stewart son dos de los libros que más uso en este momento. Su web es siempre de consulta obligada para mí y ahora con los libros me resulta más cómodo repasar todas sus recetas de un vistazo. De ella son, por ejemplo, la tarta de fresas y ruibarbo, las galletas de jengibre o las cookies de chocolate con sorpresa.

Desserts in jars y SprinklesBakes son dos de los libros más divertidos que tengo. El primero tiene un montón de recetas dulces para hacer y servir dentro de tarros, como el banana split que os enseñé la semana pasada o los tarros de recetas con los ingredientes. 

El segundo es el libro del blog SprinkleBakes. Alucinaréis con sus recetas, porque todas tienen algo original y, sobre todo, una fantástica presentación. Por supuesto, abundan los dulces con sprinkles, como las tartas o cupcakes funfetti, que estoy deseando preparar.

Todos estos libros los podéis encontrar en Amazon (es donde yo los compro siempre), tienen muy buenos precios y los gastos de envío son baratos. Todos los que he puesto, a excepción de los dos españoles, de momento están únicamente en inglés. Aunque yo creo que Home Sweet Home de The Hummingbird Bakery no tardarán en traducirlo.

¡Feliz domingo!


domingo, 12 de mayo de 2013

Banana split en un tarro

Ahora que empieza a hacer calor, apetece comer otro tipo de postres, más frescos y veraniegos. Por eso, hoy os traigo una receta facilísima y rápida de preparar, que está llena de fruta y volverá locos a los niños. Es un banana split dentro de un tarro, donde en lugar de utilizar las bolas de helado del clásico postre, es el plátano mismo el que hace de helado.

Esta receta es del libro "Desserts in jars" y se llama Frozen Banana Split, porque el plátano congelado es su ingrediente principal. Yo adapté las cantidades para 6 tarros.

Ingredientes:

- 100 gr. de galleta María molida
- 50 gr. de mantequilla derretida
- 3 plátanos (troceados y congelados)
- 250 gr. de piña en su jugo
- 250 gr. de fresas en láminas
- Sirope o salsa de chocolate (125 gr. de chocolate negro, 60 ml. de agua, 100 ml. de nata,
  15 gr. de azúcar)
- 200 ml. de nata para montar + 2 cucharadas de azúcar
- 6 cerezas o guindas
- Almendra crocanti (esto se lo añadí yo, pero no es necesario)


Montamos la nata con el azúcar y la guardamos en la nevera hasta el momento de decorar. Luego mezclamos la galleta molida con la mantequilla derretida y la repartimos en el fondo de los tarros.


Sacamos los trozos de plátano del congelador y los trituramos hasta que tengan una textura cremosa. Repartimos esta crema entre los tarros, justo encima de la galleta. A continuación añadimos la piña en trocitos y las fresas en láminas.

Para hacer la salsa de chocolate calentamos en un cazo la nata, el agua y el azúcar, removiendo constantemente para que se disuelva bien la nata. Cuando empiece a hervir, lo apartamos del fuego y añadimos el chocolate en trozos, removiendo hasta que esté completamente fundido. Podemos servir esta salsa tanto fría como caliente.

Bañamos las fresas, ya colocadas dentro de los tarros, con abundante salsa de chocolate.


Después, utilizamos una manga pastelera para decorar nuestros banana split con la nata que habíamos montado previamente. 

Colocamos un poco de almendra crocanti por encima y decoramos con una guinda o cereza (yo utilicé guindas con rabitos de cereza).

Fáciles, rápidos y deliciosos. El plátano congelado, además de estar riquísimo, le da una textura de helado cremoso a todo el postre que combina muy bien tanto con la galleta como con el resto de frutas.

Estos banana split en tarros son una forma muy divertida de comer fruta, además de una buena idea para meriendas y fiestas infantiles. ¡Que los disfrutéis!

¡Feliz domingo!

domingo, 5 de mayo de 2013

Tarta de manzana de mi madre

Mi madre es la responsable de mi afición a la repostería. Ella es una cocinera excepcional y yo de pequeña intentaba siempre imitarla (aunque sin demasiada suerte, todo hay que decirlo). Ella es también el motivo por el que no había publicado hasta ahora ninguna receta con manzana, y es que los postres con esta fruta se los reservo a ella. La manzana es su ingrediente estrella: desde esta clásica tarta, que os presento hoy, hasta pollo al horno relleno de manzanas, pudin de manzana, tarta tatin, strudel, compota, manzanas asadas de diferentes maneras y un sinfín de recetas más. Por eso hoy, para celebrar el Día de la Madre, he querido hacerle un homenaje preparando su tarta más característica y explicándoos por qué ha influido tanto mi madre en mi forma de ver la comida.

Yo de pequeña era muy delgada y comía bastante poco, así que mi madre estaba siempre pensando cosas que hacer para que no me costara tanto comer. Me ponía dos vasitos pequeños de leche en lugar de uno grande, me hacía huevos revueltos para desayunar o tomates verdes fritos para cenar (porque me gustaba comer lo mismo que veía en las películas), y sobre todo, me decía que mirara libros de cocina y eligiera las recetas que me apetecía probar. Cuando yo elegía una, le decía: “pero que sea como en la foto”. Y ella, aunque fuera un simple filete, me preparaba la receta exactamente igual que aparecía en la foto: la carne con las rayas negras de la parrilla, con hierbas por encima y dos mitades de tomate asado como guarnición. En definitiva, lo hacía todo “bonito”. Y yo me lo comía feliz, con la foto al lado.

Así que hoy, mamá, quiero darte las gracias por tener más paciencia que un santo, por ser la madre más cariñosa y comprensiva del mundo, por seguir enseñándome tanto cada día, por dar siempre todo sin esperar nada y porque tú eres La Chica Que Quiero Ser De Mayor. Te quiero, mami.

Y ahora vamos con la receta. Lo ideal para esta tarta es usar manzanas reinetas, pero a mí me fue imposible encontrar porque se ha acabado la temporada (y todavía no han llegado las canadienses), así que utilicé la variedad Granny Smith, que también tiene un punto ácido y es un poco más verde.

Ingredientes para la tarta:

- Una lámina de hojaldre (yo usé fresco)
- 4 manzanas reinetas (o en su defecto Granny Smith)
- 2 cucharadas de mantequilla derretida
- 3 cucharadas de mermelada de fresa (para el almíbar)
- Azúcar moreno
- Crema pastelera (yo usé la misma receta que en las tartaletas de frambuesa)

Ingredientes para la crema pastelera:

- 1 taza de leche
- 1 taza de nata para montar
- 2 vainas de vainillas, partidas por la mitad
- 6 yemas
- 1/2 taza de azúcar
- 5 cucharadas de harina
- 2 cucharaditas de mantequilla

En un cazo pequeño calentamos a fuego medio la leche, la nata y la vainilla hasta llevarlas a ebullición. Después, lo retiramos del fuego, lo tapamos y dejamos reposar entre 10 y 12 minutos. Pasado este tiempo, sacamos la vainilla. En un bol pequeño, batimos las yemas y el azúcar unos 2 minutos hasta obtener una mezcla pálida y cremosa. Añadimos la harina y continuamos batiendo hasta que la mezcla quede suave, sin grumos. 

A continuación, vertemos poco a poco la mezcla de leche caliente sobre la mezcla de huevos. Batimos hasta que quede completamente incorporado y sin grumos. Volvemos a poner la mezcla resultante en el cazo a fuego medio y batimos constantemente mientras lo llevamos a ebullición. Lo cocinamos durante 2 minutos más y lo retiramos del fuego. Pasamos la mezcla por un colador, le añadimos la mantequilla y la mezclamos sólo hasta que esté incorporada.


Engrasamos y enharinamos el molde de la tarta, extendemos encima el hojaldre y presionamos los bordes, retirando la masa sobrante.

Cubrimos el hojaldre con nuestra crema pastelera de manera uniforme. Y pelamos y cortamos las manzanas en forma de gajos finos.


Comenzamos a colocar los gajos clavados en la crema, no sobre ella. Esta manera de poner las manzanas que tiene mi madre hace que la tarta quede mucho más rica, porque lleva más manzana de lo que es habitual y su sabor es más intenso.



Una vez tenemos toda la tarta cubierta de manzana la pincelamos con la mantequilla derretida. Después pincelamos con otra capa de almíbar que prepararemos con 3 cucharadas de mermelada de fresa, 4 cucharadas de agua y una de azúcar. Lo dejamos reducir al fuego y luego lo pasamos por un colador.


Espolvoreamos la tarta con abundante azúcar moreno y la horneamos a 180º durante una hora.

Cuando la saquemos, la manzana estará blandita y dorada y el hojaldre estará crujiente.

Esta tarta está riquísima tanto templada como fría. La podemos servir sola o acompañada de helado de vainilla.

Ya veis que es facilísima de preparar y tan deliciosa que no podréis comer sólo un trozo.

¡Feliz Día de la Madre!