Las casitas de jengibre son una de esas cosas típicamente navideñas en el mundo anglosajón, que siempre había deseado hacer. Y ahora por fin tengo una casita de caramelo como dice el nombre de mi blog. Es una casita muy dulce, que huele a especias y gominola. ¡Me encanta!
La receta de estas galletas es una versión propia basada en las muchas recetas de galletas de jengibre que tiene Martha Stewart, seleccionando las especias que más me gustaban y adaptando las cantidades. Tengo que deciros que están riquísimas. Son unas de las galletas más ricas que he hecho y además la masa es muy fácil de manejar.
Ingredientes:
- 450 gr. de harina de trigo
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de nuez moscada
- 2 cucharaditas de jengibre molido
- 2 cucharaditas de canela en polvo
- 200 gr. de mantequilla sin sal
- 200 gr. de azúcar
- 1 huevo grande
- 85 gr. de miel
En un bol mezclamos la harina, el bicarbonato, la sal y las especias. Aparte batimos la mantequilla con el azúcar. Cuando esté cremosa, añadimos el huevo y batimos hasta que esté bien incorporado, para añadir después la miel. A continuación vamos añadiendo cucharada a cucharada la mezcla de la harina y las especias. Cuando esté todo bien mezclado hacemos una bola con la masa, la cubrimos con papel film y la dejamos reposar en la nevera al menos una hora. Pasado este tiempo, la amasamos con un rodillo, cortamos nuestras piezas y las horneamos a 170º durante 10 ó 15 minutos, dependiendo del grosor de las galletas.
Yo usé unos cortadores para las piezas de la casa que compré en Enjuliana, pero también puedes dibujarlos sobre un papel y cortar la masa siguiendo el patrón. Con las cantidades anteriores de masa me dio para toda la casita, pero hice más para ponerle también una base de galleta y alguna decoración (como el arbolito en 3D o el muñeco de la primera foto), aunque no es necesario.
Para la glasa utilicé una clara de huevo y 200 gr. de azúcar glas. La glasa hace de cemento y arregla las imperfecciones de las galletas que no encajan bien. En el montaje de las paredes es mejor que os ayude alguien a sujetar la casita para poder ir ensamblando todas las piezas sin que se caigan. Algunas de las decoraciones es mejor ponerlas antes del montaje, como la corona con sprinkles de hojas o los confetis de colores de las ventanas.
Después colocamos el tejado y montamos la chimenea, pero sin pegarla al tejado, porque aún queda decorarlo. También podemos ir poniendo ya otras decoraciones, como los bastones de caramelo.
El tejado lo hice con esas tiras de gominola que llevan picapica y la nieve de la chimenea con glasa. Luego le puse algunos Lacasitos de colores y regaliz rojo para decorar, y encima de la puerta hice un cartel con fondant blanco en el que escribí "Home Sweet Home" con un rotulador comestible. Las piedras del camino de entrada son caramelos de limón.
También podéis poner un poco de algodón en la chimenea simulando humo. Yo le puse algodón normal, pero si tenéis algodón de azúcar, muchísimo mejor.
Aunque parezca difícil, lo único que cuesta un poco más es ensamblar las piezas (y tampoco mucho). La decoración es muy fácil y os lo vais a pasar genial poniendo cada pieza. Yo he disfrutado muchísimo haciendo "mi casita de caramelo" y os animo a que vosotros también hagáis la vuestra.
¡Espero que os haya gustado y que paséis una Feliz Navidad!