Aunque en España entendamos por plum cake un bizcocho de frutos secos, pasas y frutas confitadas, lo cierto es que en Inglaterra y en los libros de repostería anglosajona que tengo, el plum cake siempre es un bizcocho con ciruelas frescas (lo otro serían fruit cakes). Y yo he escogido para mostraros hoy una variante con ricotta de este clásico postre, porque me encanta la textura que le aporta el queso al bizcocho y la combinación de sabor con las ciruelas.
La receta de este plum cake con ricotta es de aquí. Para hacerlo, yo he utilizado este molde cerámico de Emile Henry de 26 cm. (lo podéis encontrar en My Lovely Food Shop), pero podéis hacerlo en otro tipo de molde, si lo preferís, como uno rectangular de aluminio, por ejemplo.
Ingredientes:
- 250 gr. de queso ricotta (totalmente escurrido). Si no encontráis, podéis sustituirlo por requesón.
- 150 gr. de mantequilla blandita
- 150 gr. de azúcar
- 200 gr. de harina con levadura (bizcochona)
- 3 huevos
- 1 cucharada de leche
- 1 cucharadita de esencia vainilla
- 1/2 cucharadita de ralladura de limón
- 10-12 ciruelas
Batimos la mantequilla, la vainilla, la ralladura de limón y el azúcar durante 8-10 minutos hasta que esté cremosa. Añadimos los huevos, uno a uno. Después incorporamos la harina, la ricotta y la leche. La mezcla resultante es espesa pero se puede extender con facilidad.
Lavamos bien las ciruelas y, sin pelarlas, les quitamos los huesos y cortamos la mitad en gajos y el resto por la mitad.
1. Engrasamos y enharinamos nuestro molde, y extendemos sobre él la mitad de la mezcla para el bizcocho.
2. Luego colocamos las ciruelas en gajos y las espolvoreamos con un poco de azúcar moreno.
3. Las cubrimos con el resto de la mezcla.
4. Colocamos encima las ciruelas cortadas por la mitad y, si queremos, volvemos a espolvorear con azúcar moreno (yo aquí no le puse). Y, si lo preferimos, podemos poner las ciruelas de esta capa también en gajos, en lugar de cortadas por la mitad.
Horneamos a 180º durante unos 40-50 minutos y comprobamos que el bizcocho está completamente hecho por dentro pinchando con un palillo. Lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar del todo antes de servirlo.
Para servirlo, espolvoreamos la superficie del bizcocho con un poco de azúcar glas.
Este plum cake es muy tierno y jugoso gracias a la ricotta, que le aporta humedad al bizcocho. Además, su sabor combina perfectamente con la suavidad y dulzura de las ciruelas.
A mí me encantan las tartas y bizcochos con frutas. Son perfectos para merendar acompañados de un té, un café o un chocolate caliente.
Tanto si habéis probado alguna vez un plum cake como si no, os recomiendo que probéis a hacer esta receta con ricotta, porque os encantará su sabor y su textura. Además, es muy sencillo de hacer y os prometo que no llena nada. ¡Que lo disfrutéis!
¡Feliz domingo!