domingo, 22 de abril de 2012

Lemon curd biscuits (galletas de crema de limón)

El año pasado compré en el Club del Gourmet de El Corte Inglés unas galletas inglesas de lemon curd que me encantaron y, desde entonces, he estado buscando una receta similar, pero todas las que veía no llevaban lemon curd en la masa, simplemente se lo añadían después a la galleta. Así que me decidí a hacer mis propias galletas de lemon curd y, ¡como resultaron estar riquísimas!, os dejo la receta para que las probéis.

El lemon curd es una crema que me encanta (ya os lo conté en el post sobre tomar el té en Londres o con los cupcakes de limón y merengue), porque es muy suave, sabe a limón pero sin resultar ácida. Precisamente por eso, estas galletas están más ricas que si fueran simplemente de limón, porque el lemon curd es más dulce y les da un aroma especial. Cuando estaba estirando la masa con el rodillo para hacer las galletas, se me hacía la boca agua sólo con el olor que desprendía...

Ingredientes:

600 gr. de harina
250 gr. de mantequilla blandita
200 gr. de azúcar glas
100 gr. de lemon curd
1 huevo
1 cucharada de esencia de vainilla
2 cucharadas de zumo de limón

Batimos la mantequilla con el azúcar, el huevo, la vainilla y el zumo de limón, hasta que quede una masa cremosa.  Después le añadimos el lemon curd y mezclamos bien. A continuación vamos añadiendo la harina poco a poco para que se incorpore bien a la masa. Aunque lleve mucha harina, es una masa bastante tierna, así que es mejor que la dejéis reposar en la nevera durante al menos una hora antes de amasarla.
 
Pasado este tiempo, extendemos la masa con el rodillo (yo lo hago sobre un papel vegetal enharinado, para poder despegarlas luego mejor sin que se deformen) y las cortamos con la forma que queramos.

Las horneamos a 180º durante aproximadamente 15 minutos (previamente precalentado el horno) o hasta que los bordes empiecen a dorarse.

Algunas de las galletas las horneé con lemon curd encima. Simplemente hay que hacer bolitas con la masa y aplastarlas con una cuchara, haciendo un hoyo en el centro para colocar media cucharadita de lemon curd sobre cada una. Estas, al ser más gorditas, hay que hornearlas unos 20 minutos.

Después, algunas de las galletas las rellené con lemon curd y otras las decoré con glaseado de limón (mezclamos zumo de limón y azúcar glas hasta conseguir la consistencia deseada).









La textura de estas galletas es como la de las pastas de té o las galletas de mantequilla y aguantan muy bien si las guardamos dentro de una lata o tupper. Son muy fáciles y rápidas de hacer porque, a diferencia de otras galletas, no tenemos que dejar reposar la masa mucho rato. A mí me han encantado, por su suave aroma a lemon curd, por su textura y porque ya tengo un dulce nuevo perfecto para acompañar el té de la tarde.

¡Que las disfrutéis!

domingo, 15 de abril de 2012

Las 12 mejores cosas de nuestro viaje a Nueva York

Como algunos ya sabéis, el Chico Pecoso y yo nos casamos en septiembre de 2011 y fuimos de luna de miel a Nueva York y Las Vegas. Fue un viaje increíble lleno de preciosos recuerdos y experiencias que nos encantaría volver a vivir. Hoy os voy a enseñar las 12 cosas que más me gustaron de nuestro viaje a Nueva York (no están en orden, porque me resultaría muy difícil elegir).

1. La Quinta Avenida y Tiffany & Co.

La Quinta Avenida es el icono de la moda y el lujo, no sólo en NY, sino a nivel mundial. Además, muchos de los edificios emblemáticos que visitamos en NY están en esta avenida, como el Empire State, el Metropolitan Museum of Art, el Guggenheim o la Biblioteca Pública. Sus impresionantes escaparates albergan las últimas creaciones de Gucci, Louis Vuitton, Chanel, Prada, Bvlgary, Cartier... y un sinfín de lujosas firmas. 

Pero la tienda que más ganas tenía de visitar era Tiffany & Co., un impresionante edificio de cinco plantas, donde cada una guarda un tipo diferente de joya (diamantes, plata, anillos de compromiso...). Además, la recuerdo con especial cariño porque, mientras yo estaba embelesada mirando las vitrinas, el Chico Pecoso me sorprendió regalándome un precioso anillo de plata con el grabado "I love you" en el exterior (se puede comprar on line aquí).



2. Ver un musical en Broadway 

Una de las cosas imprescindibles que hay que ver si vas a NY es un musical (si te gusta el género, claro). Yo adoro los musicales, algunas de mis películas favoritas son musicales, como “Ellos y ellas” (Guys and dollls, 1955) de Joseph L. Mankiewizc. Además, me encantan las películas que retratan el ambiente de los teatros de Broadway, como “Balas sobre Broadway” (1994) de Woody Allen. Elegimos ir a ver “Chicago”, un clásico entre los musicales de Broadway y resultó ser una experiencia fantástica.





3. El brunch en Sarabeth's

Ya os conté aquí cómo fue la experiencia de tomar un brunch en Nueva York, sobre todo en Sarabeth's, donde repetimos. Da igual que sea un brunch, una comida o una merienda, cualquier parada en Sarabeth's es un momento de disfrute. Si hubiera podido, habría comido siempre ahí para probar más platos de su extraordinaria carta. Ojalá hubiese un restaurante así en mi ciudad.


4. Union Square Greenmarket

Me encanta el colorido de los mercados, como os ya conté en el post "Cosas que me gustan", y Union Square Greenmarket es uno de los mercados más grandes y coloridos de NY. Está especializado en la venta de alimentos frescos. Se creó en 1976 y ya cuenta con más de 140 productores, que venden allí sus productos de granja: frutas y verduras, carnes, quesos, panes artesanales, vinos, plantas, flores, miel, mermeladas... Todo un disfrute para la vista y el olfato. Además, en uno de los puestos compramos un par de cajitas de frambuesas que fuimos comiendo durante nuestro recorrido por el mercado. Deliciosas.



5. Grand Central Terminal y el Oyster Bar 

Me gusta mucho Grand Central Terminal. Es el típico lugar que hemos visto cien veces en las películas y al llegar parece que lo conoces de toda la vida (algo que pasa a menudo en Nueva York). Sus techos altos son impresionantes y sus galerías llenas de comercios, muy acogedoras. Aprovechamos para comer en el Oyster Bar, un restaurante especializado en ostras frescas, pescados y mariscos. Probamos varios tipos de ostras (algunas crudas y otras cocinadas) y langosta; todo riquísimo y nada caro.




6. Las hamburguesas

No puedes ir a Nueva York y no probar una de sus apetitosas hamburguesas. Pero como probar sólo una nos parecía poco..., nosotros nos comimos cinco: Hard Rock, Johnny Rockets, Shake Shack, P.J. Clarke's y McDonald's. Las mejores de todas fueron las hamburguesas de P.J. Clarke's (primera foto), uno de los locales míticos de NY y donde, por cierto, nos encontramos con la exministra de Igualdad, Bibiana Aído. También nos gustaron mucho las hamburguesas de Shake Shack (segunda foto) que, pese a ser un restaurante de comida rápida, tenía una carne riquísima y unas patatas muy originales y crujientes. Como nota curiosa os diré que he probado hamburguesas de McDonald's en muchos países direfentes (incluido Egipto) y en todos me saben igual. No sé si a vosotros os pasa igual.



7. Las mejores NY cheesecakes

Las mejores cheesecakes de Nueva York dicen que son la de Eileen y están en pleno Soho. Son las más famosas de toda la ciudad y tienen un montón de sabores diferentes (arándano, fresa, cereza, piña, chocolate...). Sus cheesecakes son tan suaves que casi se deshacen al comerlas. Pasamos por allí para merendar un par de tartitas individuales (sola y con arándanos) y tuvimos que contenernos para no comprar más para llevar.





8. Vivir in situ el 10º aniversario del 11-S

Dio la casualidad de que estábamos en Nueva York durante el 10º aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas el 11-S. Nosotros ese día no cogimos el metro, por si acaso, pero afortunadamente no pasó nada. La ciudad estaba llena de policía, las portadas de los periódicos recordaban la tragedia vivida y la zona cero se cubrió de lazos blancos y recuerdos para las víctimas. Algunas personas lloraban, otras gritaban pidiendo la verdad de lo ocurrido. La tristeza y la emoción te embargaban nada más acercarte.


9. Cenar junto al puente de Brooklyn

Gracias a La 5th con Bleeker St., que lo recomendaba en este post, visitamos el Beekman Beer Garden Beach Club, un local al aire libre muy acogedor junto al puente de Brooklyn. Cenamos un menú 100% americano: alitas al estilo de Buffalo, fingers de pollo, salchichas y patatas fritas con un par de cervezas, mientras disfrutamos de las increíbles vistas del puente de Brooklyn y la ciudad iluminada. Espectacular.



10. La vida nocturna: clubs de jazz y rooftops

Una de las cosas más divertidas que hicimos en Nueva York fue ir a un club de jazz llamado Swing 46, con música en directo. El swing es mi tipo de jazz favorito y una de las músicas que más me gustan. Fue genial sentarnos a tomar una copa en un local estilo años 20, mientras la gente bailaba swing en la pista y escuchábamos a la banda tocar canciones míticas de Benny Goodman o Duke Ellington.

Otro de los sitios a los que fuimos por la noche fue The View, un restaurante rooftop giratorio en pleno Times Square donde también sirven copas. Nos sentaron en una mesa junto al ventanal, desde donde había unas vistas increíbles de todo Manhattan. Yo pedí un Cosmopolitan (era lo que tocaba en NY) y el Chico Pecoso, un Long Island Iced Tea.




11. Los cupcakes

Los cupcakes de Magnolia Bakery son ya famosos en el mundo entero, gracias a las chicas de "Sexo en NY". Sus cupcakes, con una inmensa variedad de sabores, son una delicia digna de saborear. Pero, como ya os enseñé aquí, la ciudad tiene muchas más tiendas dedicadas a estos dulces que vale la pena conocer.



12. Central Park

Sin duda fue una de las cosas que más me impresionó de Nueva York. Ya os hablé aquí del picnic que preparamos con la deliciosa comida de Dean & Deluca. Pero esa no fue nuestra única visita al parque, fuimos varios días durante la semana que estuvimos en NY, y aún habría ido más veces de haber tenido tiempo. Lo mejor de todo es poder tumbarte en la hierba y disfrutar del sol y la tranquilidad de ese paraíso en medio de la gran ciudad.

Espero que os haya gustado este resumen y alguna de las recomendaciones os sirva para vuestros futuros viajes a Nueva York. 

¡Feliz domingo!

domingo, 1 de abril de 2012

Cestitas dulces de Pascua

Ya queda poco para Pascua y quería enseñaros una bonita idea que podéis hacer para regalar a vuestros niños o a quien queráis: unas cestitas con dulces de Pascua.


Para hacerlas utilicé: una cestita de mimbre que forré con tela de cuadros, un batido, una pajita de rayas amarillas, dos cupcakes y varias galletas.


Aquí os dejo el paso a paso de las cestitas. Compré cestas de mimbre pequeñas y las forré con tela de cuadros. Luego coloqué un par de lazos rojos a los dos lados del asa.


Hice varias galletas de jengibre (podéis ver aquí la receta), algunas las decoré con fondant, como las zanahorias, y otras, como los conejitos, no.


Y como no podía faltar en una cesta de Pascua, hice una galleta en forma de huevo decorado con fondant y sprinkles, y un pollito.


También preparé unos carrot cupcakes (cupcakes de zanahoria) con crema de mascarpone y decorados con fondant. Para hacerlos utilicé la receta de la tarta de zanahoria, que podéis ver aquí. Combinaban muy bien con las galletas, porque ambas recetas llevan el mismo tipo de especias (jengibre, canela y nuez moscada).


Y para beber, preparé un batido de plátano y canela. Los ingredientes aproximados para una persona son: un plátano maduro, medio vaso de leche, una o dos cucharadas de azúcar y una cucharadita de canela. Riquísimo.

La botella la decoré con papel para magdalenas y una cuerda, que le daba un bonito toque rústico.

Las cestitas es mejor que las tengáis forradas antes, porque llevan un poco más de tiempo, pero los dulces los podéis hacer todos en un día sin problemas.








Estas cestitas las preparé para mis compañeras de trabajo, porque hacía tiempo que quería darles alguna sorpresa, y la verdad es que les encantaron. Además, aproveché para hacer una cestita más y regalársela a una chica que el viernes pasado cumplía 18 años en el hospital. Desde aquí le mando un beso enorme. ¡Ánimo, Ariadna!

No sé si os habréis dado cuenta, pero desde hace unos días he cambiado la dirección del blog y ahora tengo mi propio dominio:


Parece que Blogger lo está redireccionando todo bien, pero por si acaso, ya sabéis que a partir de ahora podéis visitarme en esta dirección.

¡Felices Pascuas a todos!