Aunque muchos ya lo sabréis por mi Instagram, quería pasarme por aquí para presentaros a la pequeña Miranda, que lleva ya una semanita con nosotros. Nació el 3 de mayo a las 23:35 de la noche y pesó 3,350 kilos. En principio iba a nacer la madrugada del 4 de mayo (el mismo día que salía de cuentas), pero como llevaba muchas horas de parto y tenían miedo de que el bebé no aguantara bien el tiempo que todavía me quedaba, decidieron realizarme una cesárea. Afortunadamente todo salió muy bien y Miranda nació finalmente (haciendo honor a su madre periodista) el Día Mundial de la Libertad de Prensa.
El postoperatorio de la cesárea está siendo bastante duro, aunque me anima ver que cada día me encuentro un poco mejor y puedo ir haciendo más cosas. En los primeros días tras la cirugía me ayudó un montón recordar el relato de Teresa sobre su cesárea y comprender que lo que me estaba pasando era normal: el no poder prácticamente ni levantarme de la cama y necesitar la ayuda del Chico Pecoso para todo (quien, por cierto, dice que ya soy más valiente que la protagonista de "Prometheus" en esta escena).
Pero a excepción de estas limitaciones, que espero desaparezcan del todo en unas semanas, estoy muy contenta porque todo saliera bien y por poder tener por fin a Miranda en mis brazos. Es una niña buenísima que come fenomenal, que duerme un montón y que cada vez que me mira con sus ojitos rasgados, hace que se me olviden los puntos y todos los dolores. Eso sí que es morir de amor.
No sé cuándo podré retomar el blog, supongo que cuando nos hayamos adaptado del todo a esta nueva vida post-Miranda. Pero antes de despedirme quería agradeceros a todos las muestras de cariño que nos habéis dado durante todos estos meses y vuestro interés por conocer a Miranda y que todo fuera bien. Aunque no nos conozcamos en persona, vuestros comentarios me han hecho sentir siempre muy apoyada y acompañada en estos importantes momentos de mi vida. Mil gracias por todo.
¡Feliz domingo!