viernes, 28 de octubre de 2011

Calabaza Frankenstein para Halloween

Sólo quedan tres días para Halloween y ya hay que empezar a preparar los disfraces, los caramelos y, por supuesto, ¡las calabazas! Para darle un toque original a alguna de nuestras calabazas, el Chico Pecoso y yo pensamos en disfrazar a una de Frankenstein. Y éste ha sido el resultado:

Para hacer una calabaza Frankenstein sólo necesitáis estos materiales: una calabaza normal (de las de cocinar), dos pelotas de ping pong, un par de tornillos gruesos, cordón negro, cola y rotuladores permanentes negro y verde.

Primero cortamos la parte superior de la calabaza para que parezca lobotomizada. Después hacemos los agujeros de los ojos con un cuchillo y los vaciamos un poco con una cuchara para que quepan las pelotas de ping pong. Por último, cortamos la boca en zigzag, que previamente habremos dibujado con lápiz.

Para dar el efecto de cráneo cosido, cortamos el cordón negro en trocitos y los pegamos con un poco de cola como se ve en la imagen. Después colocamos los tornillos a los lados haciendo una pequeña incisión con el cuchillo y atornillándolos un poco.

Para pintar los ojos en las pelotas de ping pong simplemente tenéis que utilizar los rotuladores negro y verde siguiendo los pasos que se ven en la imagen.

Los ojos no los he pegado con nada a la calabaza, simplemente van encajados dentro de los agujeros.




Y ya tenemos nuestra calabaza Frankenstein preparada para Halloween. Fácil y divertida.  
 
También podéis probar a hacer calabazas vampiro, momia, zombie... o cualquier otra cosa terrorífica. En la web de Martha Stewart tenéis un montón de ideas originales para decorar vuestras calabazas.

¡¡Feliz Halloween a todos!!

jueves, 20 de octubre de 2011

Los mejores cupcakes de Nueva York


Seguimos con las entradas dedicadas a Nueva York. Esta vez quería enseñaros los mejores sitios donde tomar unos deliciosos y coloridos cupcakes. Antes de irnos de luna de miel, buscamos en Internet cuáles eran los sitios de cupcakes mejor valorados, y estos cuatro fueron los que nos dio tiempo a visitar en la semana que pasamos allí.

Magnolia Bakery

Con varias sucursales por todo Manhattan, Magnolia Bakery es quizás la tienda de cupcakes más famosa del mundo. Una fama adquirida en parte gracias a las chicas de "Sexo en Nueva York", que eran asiduas a esta pastelería.

No sólo tiene cupcakes de mil sabores y colores diferentes, también tiene impresionantes tartas, bizcochos y hasta mini cheesecakes. Las fotos son del Magnolia situado en Grand Central Terminal.


Nosotros nos pedimos un hummingbird cupcake (bizcocho de plátano, piña y nueces con frosting de crema de queso y nueces) y un devil's food cupcake (bizcocho de chocolate con frosting de chocolate). Los dos estaban riquísimos.







Butter Lane Cupcakes

La pastelería Butter Lane Cupcakes está en el East Village y es un pequeño local decorado con mucho encanto. Sólo tienen tres tipos de bizcocho (vainilla, chocolate y plátano), pero los puedes combinar con una gran variedad de frostings. Además de los cupcakes, también venden sprinkles de colores en unos pequeños tarros de cristal.


Aquí nos pedimos un blueberry cupcake (arándano) y un maple cupcake (sirope de arce), ambos con base de vainilla. Personalmente, estos fueron los que menos me gustaron, porque sabían un poco artificiales. Aunque a nuestra amiga la ardilla le encantaron los arándanos...



Chikalicious

Esta pastelería también está en el East Village, muy cerca de Butter Lane Cupcake. Chikalicious tiene un local pequeñito con el mostrador que veis abajo. 

Nosotros elegimos un cupcake de caramelo y otro de plátano. El de caramelo además estaba relleno de una especie de toffe riquísimo. Nos encantaron los dos.




Sugar Sweet Sunshine

Sugar Sweet Sunshine fue la pastelería que más nos gustó de todas las que visitamos. Está algo más al sur que las dos anteriores, casi a la altura de NoLiTa. El local tiene un aire vintage y romántico muy original, con sillas y mesas de diferentes tipos. Los cupcakes están tan buenos como los de Magnolia Bakery o incluso mejor y cuestan la mitad. Tienen mucha variedad de cupcakes, tartas, bundt cakes, pies, cookies...



Aquí pedimos un cupcake red velvet y otro de mantequilla de cacahuete. Estaban esponjosos, suaves, con una crema ligera y no demasiado dulce. ¡¡Deliciosos!!



Así que, si os apasionan los cupcakes tanto como a mí y os vais de viaje a Nueva York, ya sabéis algunos sitios donde probarlos. Magnolia Bakery es una visita fundamental, pero Sugar Sweet Sunshine fue un gran descubrimiento. Os recomiendo que vayáis a visitarlo.

domingo, 9 de octubre de 2011

Un picnic en Central Park

Ir de picnic es una de las cosas que más me gusta hacer, ya sea en el campo, en la montaña o en el parque de una gran ciudad. Ya os lo enseñé en el post sobre el picnic en Roma. Esta vez, en nuestro viaje a la gran manzana, no podía faltar un pequeño picnic en Central Park. No llevábamos manta ni cesta, pero no nos hizo falta. Las enormes bolsas de Dean & Deluca hicieron de improvisado mantel.


Compramos la comida en el Dean & Deluca del Upper East Side, que está muy cerca de Central Park. Dean & Deluca es una tienda con todo tipo productos delicatessen. También tiene una sección de comida preparada, otra de panadería y pastelería casera... todo de muy buena calidad. Tenían bastantes productos con denominación de origen español como el aceite de oliva, el bonito del norte, las anchoas del Cantábrico, etc.




Quiche Lorraine para mí y bocadillo de pavo para el Chico Pecoso (era enorme, en la foto podéis ver la mitad).



Ensalada de queso de cabra y frutos secos. Y para beber, té helado de jazmín y de rosas.

Pan tostado casero de Dean & Deluca (riquísimo) y queso cremoso para untar (no recuerdo el nombre).

 Y de postre... tartita de limón y merengue.


Pasamos el resto de la tarde disfrutando del precioso paisaje de Central Park, de sus ardillas, sus lagos,  sus puentes... Fue, sin duda, lo que más me gustó de todo Nueva York.

Por la tarde, de vuelta al hotel, pasamos por la tienda Godiva de la 5ª Avenida y nos compramos un cucurucho con sus famosas fresas con chocolate. Absolutamente deliciosas.


Central Park es un oasis de calma en medio de la locura urbana de Nueva York. Después de haberlo visto en cientos de películas, te resulta familiar pero no deja de sorprenderte. A veces, bajo sus frondosos árboles, no puedes ver los rascacielos de la ciudad y olvidas que te encuentras en la capital del mundo.