De picnic en Roma

Adoro ir de picnic. Es una de las cosas que más me gusta hacer cuando llega el buen tiempo. Por eso, cuando el verano pasado el Chico Pecoso y yo estuvimos una semana en Roma no nos quisimos perder la oportunidad de hacer un picnic en Villa Borghese, el parque más bonito de la capital italiana.

El picnic no lo preparamos nosotros, lo compramos en GiNa, un pequeño restaurante junto a la plaza de España y muy cerca de Villa Borghese, que ofrece esta posibilidad de picnic para llevar.

El picnic para dos personas nos costó 40 euros y llevaba dos ensalada de frutas, dos sandwiches o bocadillos (a elegir de entre una larga lista), patatas fritas, agua, dos brownies de chocolate, café y pastas. Todo esto acompañado de platos, copas de cristal, cubiertos, tazas, esterillas y una preciosa cesta de mimbre.

Después de disfrutar del agradable picnic bajo los árboles fuimos a dar un paseo en barca por el precioso lago del parque que veis en la foto de abajo. Fue un día tranquilo, sencillo e inolvidable.

Nos encantó la comida del picnic y el restaurante GiNa, por eso decidimos volver otro día, pero esta vez para comer allí. Su decoración es elegante y acogedora y sus postres son una delicia. Yo me volví loca con la "meringata di Gina", una copa de helado de vainilla con trocitos de merengue seco, marrón glacé, nata y sirope de chocolate.

Si vais a Roma, os recomiendo que paséis por GiNa para probar sus increíbles dulces y, si os apetece, disfrutar de un romántico picnic junto al lago en Villa Borghese. Para mi fue todo un descubrimiento y una de las mejores experiencias de todo el viaje.